NoticiaArte El cardenal Sarah, en el Oratorio de las Penas El cardenal Sarah, junto al Obispo de Málaga, el delegado de Hermandades y Cofradías, Antonio Coronado y el pintor, Raul Berzosa Publicado: 11/05/2017: 11046 El Cardenal guineano Robert Sarah, actual Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha querido conocer de primera mano la obra de mayor envergadura hasta el momento del pintor malagueño Raúl Berzosa, el Oratorio de las Penas. La visita ha sido esta mañana, tras haber celebrado ayer la santa Misa con ocasión de la fiesta de san Juan de Ávila, el patrono del clero español, en Montilla (Córdoba) y antes de tomar su vuelo a Roma. El Cardenal Robert Sarah venía acompañado por el sacerdote rondeño Salvador Aguilera, oficial de dicha Congregación. A su llegada al Oratorio, era recibido por el obispo D. Jesús Catalá y el delegado de Cofradías de la Diócesis de Málaga, Antonio Coronado, así como una representación de la Hermandad a la que pertenece el Oratorio y del citado pintor y familiares. El Cardenal Sarah ha manifestado su admiración ante las dotes de los pinceles de Berzosa y ha señalado que, gracias a la belleza del lugar, la celebración nos hace sentir más profundamente la afirmación de que la Misa es "el cielo en la tierra". Tras la visita al Oratorio, tuvo ocasión de ver las demás dependencias de la Casa de Hermandad y, antes de despedirse, bendijo a los presentes y animó al pintor malagueño a continuar con su tarea para que muchos, a través de la belleza de sus obras, "lleguen a la Suma Belleza que es Dios", además de preguntarse que si "con la edad que tiene el autor actualmente ha realizado una obra como es el conjunto del Oratorio de la Hermandad de las Penas, que hará cuando llegue a su plena madurez". No es de extraño que el Cardenal Prefecto haya elegido este lugar como su única visita en Málaga ya que ha podido encontrar al autor en las diversas ocasiones en las que éste, con motivo de los encargos realizados por parte de la Santa Sede, ha tenido que viajar a la Ciudad del Vaticano y ya le había manifestado su admiración y su deseo de contemplar el Oratorio, obra que también causó gran admiración al papa Benedicto XVI cuando supo de ella.