Pablo VI dijo en el discurso dirigido a los artistas, con motivo de la clausura del Concilio: “este mundo, en el cual vivimos, necesita belleza para no precipitar en la desesperación. La belleza, como la verdad, es lo que infunde alegría en el corazón de los hombres… Recordad que sois custodios de la belleza del mundo". La belleza de las cosas es un camino para llegar a Dios. Muchos templos, cargados de arte, son expresión de la devoción de los fieles que quieren dedicar lo más hermoso a Dios: queremos que la casa de Dios – que es el hogar de todos sus hijos- esté digna y acogedora.

La iglesia de San Pedro, data del siglo XVII. Sufría diversos deteriores y la necesidad de acometer arreglos urgentes ha impulsado a un conjunto de mejoras, guiados por la austeridad. El resultado facilita mejor la celebración litúrgica y el trabajo pastoral, eliminando las barreras arquitectónicas. Podemos contemplar un rico artesonado y la hermosura de la Capilla del Santísimo, que cobija en su cúpula seis pinturas con escenas de la vida de la Virgen.

Pero la Parroquia es algo más que un templo. La Parroquia es “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos e hijas” (ChL 26). Está en medio de un barrio y es testigo fiel de la vida de sus vecinos, un referente de sus celebraciones. En la Parroquia sus feligreses son iniciados en la fe: reciben el Bautismo, la Confirmación y participan en la Eucaristía, celebrando especialmente el Domingo, día del Señor. La Parroquia acompaña a sus feligreses hasta el final, con su presencia y asistencia espiritual. La Parroquia cuida el crecimiento de la fe de la comunidad y asiste con la caridad a los más necesitados. Aspiramos a hacer de nuestra parroquia un hermoso anhelo expresado por el Papa Juan XXIII: la casa abierta a todos y al servicio de todos, como «la fuente de la aldea», a la que todos acuden para calmar su sed.

Hemos dado trabajo en momentos de crisis. Nos queda una deuda, que financiaremos con un préstamo avalado por el Obispado. Esperamos salir adelante con la colaboración de todos los feligreses.