NoticiaCentro Superior Estudios Teológicos Maribel Ruiz: «En el Centro Teológico hay que matricularse con la mente y el corazón abiertos a lo que vendrá» Publicado: 04/07/2023: 10195 Teología El viernes 7 de julio, tres alumnos de los Centros Teológicos se presentan al examen de Síntesis Teológica. Maribel Ruiz, profesora de profesión, es una de las últimas alumnas que concluyen sus estudios con dicho examen. Así nos cuenta su experiencia. ¿Qué ha supuesto para ti terminar esta etapa? En principio nunca pensé que la iba a finalizar. Siempre creía que en algún momento lo iba a dejar, bien por motivos familiares, de trabajo o de agobio, pero, poco a poco, lo he ido haciendo. El día que terminé el examen se me vinieron encima todas las emociones positivas: esperanza, alegría, orgullo… pero a la vez que te digo esto también te digo que no ha sido un trabajo mío solo, sino que he estado acompañada y asistida en todo momento por Nuestro Señor Jesucristo porque sin Él te aseguro que nunca hubiera podido llegar a alcanzarlo, porque son muchas las resistencias y las piedrecitas que se me han puesto por el camino y, hoy por hoy, haciendo una mirada retrospectiva, me doy cuenta de que lo he podido conseguir. ¿Qué te animó a comenzar estos estudios? Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que siempre he tenido una inclinación hacia las cosas de la Iglesia. Pero el momento culmen, en el que yo decidí hacer estos estudios, fue cuando un día me encontré que mis tres hijas estaban estudiando cada una en su habitación, y no me necesitaban. Además, en ese momento, estaba viendo en televisión un programa del corazón. No sé por qué, pero me dio vergüenza ajena ver lo que estaba saliendo en el programa. Y me decía "¿esta es la vida que me espera de aquí hasta que me haga mayor?" Entonces, automáticamente, me salió ir al Centro a preguntar qué hacía falta para matricularse porque, en un principio no pensaba en llegar a terminar la carrera, sino en hacer alguna asignatura, ir alguna tarde y así distraerme y aprender algo nuevo. Y también me movió mi curiosidad por encontrar la verdad, esa verdad que hoy en día está tan enmarañada que no se sabe dónde está. Entonces, veía que tenía que buscar esa verdad. Ahora soy otra persona. Miro la vida desde otro punto de vista y ya, más que juzgar, intento entender y comprender. ¿Qué destacarías de este tiempo de estudio vivido? En primer lugar, que me han hecho tener una actitud de mente y corazón abiertos porque, es tanta la información que recibes que muchas veces te hace tambalear. También destaco tantos momentos de risas y charlas entre clase y clase y el compañerismo que surge… es extraordinario, no hay palabras para explicarlo. Es muy grande lo que uno experimenta allí, aunque también exista una parte un poco más “feílla”, la de los exámenes que, en el fondo, se hacen también con agrado porque, si no fuese por los exámenes, he de reconocer que no llevaría una la asignatura al día y, gracias a ellos, te dejas atrapar y envolver por las materias. Es un clima maravilloso el que allí se vive que, en pocos lugares, por no decir en ninguno, he podido encontrar. ¿Recomienda esos estudios? Por supuesto. Yo creo que es una terapia psicológica, emocional y en todos los sentidos. Lo recomendaría con un SI muy grande, porque lo primero que me sale es la sonrisa. No me sale nada triste, nada quejoso, nada negativo. Sino todo lo contrario, todo es positivo. Yo lo recomendaría, la verdad. Pero eso sí, hay que ir con mente y corazón abiertos, para que se vayan filtrando todas las palabras que recibes de cada una de las personas que te vas encontrando. No hay un profesor mejor ni peor que otro, cada uno tiene su estilo, pero todos tienen un punto en común: dicen la verdad. Toda la información sobre los Centros Teológicos en www.ceset.edu.es