NoticiaEn los Medios Misioneros por el mundo Antonio César Fernández, misionero asesinado en Burkina Faso Publicado: 18/02/2019: 12298 "El Alféizar" de Rafael Pérez Pallarés publicado en Diario SUR Un misionero español, sacerdote natural de la localidad cordobesa de Pozoblanco de 72 años, ha sido asesinado en un ataque yihadista en Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo. Ejerció, entre otros lugares, su tarea en Ronda y vivía en la misión desde 1982, año en que fundó la presencia salesiana en Togo, donde atendió a miles de niños y niñas de la guerra. Tanto el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, como el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, han manifestado su pésame en redes sociales. Junto a ellos múltiples han sido las muestras de condolencia ante la pérdida de este buen hombre, divertido y profundo a la vez; una buena persona. Los misioneros que por el mundo están repartidos, hacen una tarea encomiable. Movidos por su fe cristiana se acercan a los más pobres y están en primera línea de batalla. De manera anónima pero contundente. Y lo hacen tanto en países sumergidos en conflictos bélicos como en otros en los que la paz social se tambalea. Es el caso de Venezuela donde tres sacerdotes malagueños: Antonio Collado, Manolo Lozano y Juan Manuel Barreiro, atienden a los venezolanos en la misión de Caicara del Orinoco. Desde Málaga reciben ayuda. Sin ir muy lejos desde la parroquia de San Fernando, en la barriada malagueña del Cónsul; desde la delegación diocesana de misiones y desde Cáritas diocesana. Como afirma Manolo Lozano «podemos decir llenos de alegría que aquí estamos salvando vidas gracias a la ayuda que recibimos de fuera, a la atención de la Diócesis de Málaga, de esos cristianos que van a la Iglesia y aportan su pequeño donativo, o los que llevan sus medicinas». Medicinas que llegan a la misión y sortean los controles; medicinas que salvan vidas y alivian el sufrimiento de los venezolanos, por mucho que su presidente, Nicolás Maduro, afirme que allí están en la gloria. De hecho, la gente muere por falta de alimentos o medicinas. Desgraciadamente la situación en este país latinoamericano pone en valor la tarea de los misioneros malagueños; misión que desde hace más de 30 años se está desarrollando con presencia malacitana. Hablamos por tanto de una presencia hermana ininterrumpida a riesgo de jugarse la vida: todo se mezcla hambre, asesinatos, secuestros... Todo un ejemplo valiente y anónimo alentado por la fe cristiana. Una manera de entender la vida sorprendente y que expresa lo mejor del ser humano.