DiócesisHomilías

XXIII Capítulo General Ordinario de las Madres de Desamparados y San José de la Montaña (Casa Madre Petra - Valle de Abdalajís)

Casa de Espiritualidad Madre Petra, en el Valle de Abdalajís
Publicado: 23/07/2023: 4901

Homilía del Sr. Obispo de Málaga en la Eucaristía con motivo del XXIII Capítulo General Ordinario de las Madres de Desamparados y San José de la Montaña celebrada en la Casa Madre Petra de Valle de Abdalajís

XXIII CAPÍTULO GENERAL ORDINARIO DE LAS MADRES DE DESAMPARADOS Y SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA

(Casa Madre Petra - Valle de Abdalajís, 23 julio)

Lecturas: Sab 12, 13.16-19; Sal 85, 5-6.9-10.15-16; Rm 8, 26-27; Mt 13, 24-43. (Domingo Ordinario XVI-A)

1.- Celebramos esta Eucaristía con motivo del XXIII Capítulo general ordinario de las Madres de Desamparados y San José de la Montaña.

Probablemente habéis llegado al Capítulo con ciertas pre-determinaciones, proyectos o planes. Pero es necesario escuchar la voz del Espíritu, para saber discernir lo que hoy pide a la Iglesia.

Estamos celebrando la Misa votiva del Espíritu Santo, que nos anima a ponernos sinceramente ante el Señor para buscar el bien de la Iglesia y el de vuestras hermanas de congregación.

Dejemos que el Espíritu nos llene de sus dones y nos inspire: «El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rm 8, 26).

Hay que estar en actitud de escucha atenta de las mociones del Espíritu, de actitud interior acogedora de la Palabra de Dios, de desprendimiento espiritual, de coherencia fiel y de valentía firme. A veces ponemos barreras y obstáculos, pero no debemos entorpecer la acción del Espíritu en nuestra vida, en nuestra misión, en el ejercicio de nuestro carisma. No resulta fácil a veces descubrir los obstáculos o resistencias; y más difícil todavía removerlas o quitarlas. Por eso pedimos al Espíritu, porque lo necesitamos.

2.- El libro de la Sabiduría nos ha recordado que la fuerza de Dios es el principio de la justicia y su señorío consiste en ser indulgente con todos (cf. Sab 12, 16). Nuestra actitud debe imitar el estilo del Señor, porque Dios es «bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan» (Sal 85, 5), que escucha la oración de quienes le suplican (cf. Sal 85, 6).

Queridas hermanas, os toca hacer discernimiento para decidir el futuro próximo de vuestra congregación. Sois representantes de las distintas comunidades de vuestra familia religiosa, que tenéis la responsabilidad de dirigir el timón.

En un barco el timonel es quien lo dirige; y hay que soltar amarras, para que el barco pueda adentrarse en alta mar; de lo contrario sigue varado en el puerto y no avanza, ni surca los mares que el Espíritu le pide; también hay que saber dejar lastre, que impide avanzar. Supongo que esta imagen del barco os está sugiriendo muchas cosas en vuestro interior.

Procurad ser imparciales, dejando los gustos propios y abandonándose a la acción del Espíritu; porque a veces queremos imponer nuestro punto de vista y tal vez el punto de vista de la otra hermana es más adecuado y acertado.

3.- En el evangelio de hoy Jesús nos propone la parábola del trigo y la cizaña. La conclusión es que hay que dejarlos crecer juntos hasta la siega.

Normalmente se siembra buena semilla en el propio campo (cf. Mt 13, 24); pero el enemigo siembra cizaña en medio del trigo (cf. Mt 13, 25-26).

Podríais seguramente reconocer en la vida de vuestras comunidades el buen trigo sembrado con amor y generosidad, que hay mucho y bueno; y al mismo tiempo descubrir ciertas plantitas de cizaña que crecen simultáneamente.

Es posible que esas plantas no las haya sembrado ningún enemigo de fuera; sencillamente pueden ser fruto de nuestro pecado, de nuestra ignorancia, de nuestro egoísmo, de nuestras envidias y recelos, de nuestra apatía y desgana. Todas estas actitudes son enemigos del buen trigo.

4.- Siguiendo con la parábola, se plantea la conveniencia de arrancar la cizaña antes de la siega. Los criados preguntan a su amo: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?» (Mt 13, 28).

Sin embargo, el dueño del campo respondió: «No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo» (Mt 13, 29). Hay que dejar que crezcan juntos y, cuando llegue la siega, se arrancará la cizaña para quemarla y el trigo para almacenarlo en el granero (cf. Mt 13, 30).

Es necesario tener paciencia, cuando se trata de aceptar a personas y, sobre todo, a hermanas de comunidad, que pueden necesitar ayuda especial, o son conflictivas, o rompen el ritmo de la comunidad; o presentan cualquier tipo de dificultad.

El Señor tiene unos tiempos muy diversos a los nuestros. Nosotros solemos ser impacientes y queremos resultados inmediatos; mientras que él tiene una paciencia infinita con nosotros. Llevamos toda la vida convirtiéndonos y, sin embargo, parece que no avanzamos. Dios espera paciente nuestra conversión.

5.- Vuestra congregación, además de la enseñanza, tiene el carisma de la atención a personas mayores. Hoy se celebra la Jornada para los abuelos y las personas mayores, cuyo lema es: «Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1, 50), que está relacionada con la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa en los primeros días de agosto.

El tema de la JMJ “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39) nos muestra a la joven María que se pone en camino para visitar a su anciana prima Isabel y proclamar con gran voz, en el “Magnificat”, la fuerza de la alianza entre jóvenes y ancianos.

También entre vosotras es necesaria la buena relación entre las más jóvenes y las mayores, aunque haya diferencia de pareceres, de puntos de vista distintos, de proyectos diversos; es importante el diálogo intergeneracional, como dice el Papa en su Mensaje para esta Jornada.

Entre todas hay que buscar el bien de la congregación y de la Iglesia; y hay que ser generosas para renunciar a vuestro punto de vista particular, para acoger otros puntos de vista, que pueden enriquecer a la familia religiosa. Pedimos al Espíritu que abra vuestros corazones y vuestra mente, para estar atentas y ejercer con libertad y paz interior vuestra misión.

Hoy también tienen lugar en España las Elecciones generales. ¡Que la luz del Señor ilumine a los votantes para buscar entre todos el bien común; y no objetivos partidistas o particulares!

6.- Uniendo todas las intenciones en esta celebración, pedimos al Señor que os envíe su Espíritu, para que hagáis buen discernimiento en la elección de las responsables.

Pedimos que os conceda la paciencia necesaria para aceptar la presencia del trigo y la cizaña hasta el día de la siega. Y pedimos por las personas mayores, para que encuentren brazos abiertos que las acojan, manos diligentes que las cuiden y corazones amorosos que les den calor y afecto.

¡Que la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Madre de los Desamparados, nos acompañe siempre, junto con San José de Montaña, en nuestro caminar en este valle de lágrimas (no solo en el Valle de Abdalajís), hacia la casa del Padre e intercedan por nosotros! Como dijo un profesor en un examen: “Suerte, vista y al toro”; así os lo digo. Amén.

 

Más artículos de: Homilías
Compartir artículo