NoticiaClero Con solo verlo, edifica El sacerdote Lorenzo Orellana pronunciado una homilía // J. F. NAVARRO Publicado: 07/05/2018: 8860 FIRMAS. Lorenzo Orellana, profesor del Seminario y párroco de San Gabriel, con motivo de la fiesta de san Juan de Ávila, patrón del clero español. En la “Vida del Padre Maestro Juan de Ávila” de Fray Luis de Granada, cuenta el autor que Ávila pasó unos días con los de la Compañía de Jesús en Montilla, y que durante ese tiempo no perdió la mesura y la serenidad. Hasta tal punto que «uno de los padres de aquel colegio, pensando que esa mesura y gravedad la conservaba allí para darles ejemplo, así se lo dijo a uno de los familiares discípulos» de Juan de Ávila. Y este discípulo le contestó que eso era perpetuo en él en todo tiempo y lugar. Más aún, «estando enfermo en cama, siempre conservaba esta misma serenidad». Mas este apunte que acaba de escribir, no debió dejar satisfecho al autor, pues se dijo: ¿cómo podría representar mejor su semblante? Y, entonces, recordó que los pintores tienen «una tablita en la mano, donde están diversos colores, algunas veces juntan tres o cuatro y hacen un tercero de todos, proporcionado a lo que quieren pintar». Y el gran dominico concluyó: el semblante de este padre no representa una sola virtud, «sino una como mixtura de otras». Y, así, su gravedad venía acompañada de humildad y mansedumbre… «porque su rostro era un como sobreescrito que declaraba lo que en el hombre interior estaba secreto». Y Fray Luis, sin nombrarlo, nos está diciendo que Juan de Ávila era un hombre que transparentaba la gracia. Por eso, concluye el apartado segundo del capítulo IV, recordando lo que decía el pueblo: «Este hombre, con solo verlo nos edifica». San Juan de Ávila, apóstol de Andalucía, ejemplo para todos.