Noticia Una deuda impagable Publicado: 11/06/2014: 18492 Cuando son tantos los que te han ido enriqueciendo y enseñando en el campo concreto del trabajo en prisión, entonces sus nombres: Pedro, Jesús, A Quedan guardados en tu corazón, con una sonrisa burlona entre tus labios y un sinfín de recuerdos, experiencias y anécdotas que han pasado a tu geografía personal. Unas dolorosas, muchas consoladoras, otras que nos hablan de esperanza, misericordia y resurrección. La Institución Trinitaria con sus sacerdotes y sensibilidad ha realizado y sigue ejerciendo una labor encomiable. Si bien es verdad que ellos no entran a prisión en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia, la cual sólo intenta llevarle a los internos el amor incondicional de Dios; no es menos cierto que desde nuestra Diócesis tenemos que agradecerle a Dios el que esta Orden Trinitaria esté entre nosotros y sus sacerdotes sean los capellanes de prisión. Sinceramente, creo que hemos contraído con ellos una deuda impagable.