“Nos preocupa muy especialmente el grave deterioro o la desestructuración familiar que puede provocar la dramática situación económica que viven muchas familias desde hace años”. En estos términos se ha manifestado el obispo de Málaga, Jesús Catalá, en el marco de la presentación del balance de 2011 de Cáritas Diocesana de Málaga. Por ello ha animado a las familias a mantenerse unidas en tiempos como estos, al asegurar que “por todos es constatado que en casos de necesidad han sido las familias estructuradas, con coherencia de unión y comunión entre ellos los que han sacado a flote a sus seres más queridos”.

De la memoria de Cáritas de 2011 se desprenden datos como que atendió a más de 25.000 familias. Concretamente más del 18% de las familias atendidas acudían por primera vez, mientras que otro 81% llevan acudiendo desde hace más de un año y, de ellas, casi el 34% desde hace más de dos. Unos datos que han sido calificados por el Sr. obispo “como los de una pobreza más extensa, más intensa y más crónica. Más extensa por que el número de personas que vive bajo el umbral de la pobreza ha crecido y más intensa por que ha aumentado el número de hogares sin ingresos mientras la renta disponible por persona ha disminuido”. Las principales demandas planteadas han sido de ayuda para la alimentación, en un 82%, seguidas del empleo, la ropa y suministros, así como el pago de vivienda que supera el 21%. En cuanto a la demanda de vivienda en la provincia es de un 22%, mientras que en Málaga capital afecta al 38% de las familias atendidas. Asimismo, se ha destacado que el número de respuestas y acciones que se han desarrollado en la Diócesis de Málaga han superado las 79.000.

Con respecto al perfil de los colectivos más vulnerables destacan, entre otros, las parejas jóvenes y mujeres solas con hijos a su cargo, personas inmigrantes que se han quedado sin trabajo y no han podido renovar el permiso de residencia y los desempleados mayores de 50 años sin posibilidades de volver a incorporarse al mercado de trabajo.

UNA MENCIÓN ESPECIAL AL VOLUNTARIADO

Otras de las cuestiones resaltadas ha sido la labor que realiza el voluntariado dentro de la institución eclesial, “que atiende a una sociedad de esperanza en un mundo tan roto como el que vivimos”, según ha asegurado el director de Cáritas Diocesana de Málaga, Francisco José Sánchez Heras. Para Sánchez Heras “la acogida por parte de la iglesia sigue siendo la mayor respuesta, porque si extensa es la pobreza más extenso es el número de cristianos”. Por su parte, Mons. Catalá también ha querido alabar el trabajo desempeñado por el voluntariado “ya que que no sólo hay que tener en cuenta la aportación que se pueda hacer en términos económicos, sino que las personas necesitadas también requieren ser escuchadas y esa labor tan humanitaria también la desempeñan los voluntarios”.

Y es que de las 1.300 personas que trabajan en Cáritas Diocesana de Málaga, el 89% del total son voluntarios. En cuanto a los socios y donantes que colaboran con la institución eclesial casi alcanzan los 4.000, que suponen la principal fuente de financiación de tal manera que se ha reseñado que, a pesar de la crisis, los ingresos han aumentado en más de 240 mil euros respecto a 2010.