«La trata es una esclavitud moderna» afirmaban con rotundidad, «desde el centro les damos, a estas mujeres, una atención integral; se les da respuesta a sus demandas, tanto en temas de salud como de psicología o de habilidades sociales».

«Se les informa de sus derechos y se las intenta empoderar para que salgan de todos esos traumas que han vivido y consigan normalizar su vida y recuperarse a nivel psicológico, porque vienen muy golpeadas«, explicaban, y continuaban, «tratamos de evitar que sigan en contacto con las mafias».

Durante la entrevista, María y Jessica contaron un caso concreto de «una mujer explotada sexualmente y obligada a tomar tóxicos que le crearon un problema de adicción, que pudo escapar pero quedó con el problema del alcohol. Venía muy deteriorada, pero empezó su programa de rehabilitación, se le enseñaron habilidades sociales, se ha rehabilitado y está trabajando». Esta es la esperanza que las lleva a seguir trabajando desde hace más de un siglo, con las mujeres que sufren la violencia y la explotación en Málaga.