“El Paso de Riogordo” es un auto religioso y, como tal, hunde sus raíces en épocas anteriores al S. XVIII. Decía Lázaro Carreter que este teatro nació para «vitalizar la liturgia (…), para hacer plásticos los misterios que la liturgia vela». En definitiva, surge como un instrumento para que la Palabra de Dios llegue mejor a los fieles.

Así es como, en 1951, un grupo de mujeres y hombres de Riogordo, bajo la dirección de D. Tiburcio Martín Toledo, emprenden la aventura de poner en escena diversos episodios de la vida de Jesús (predicación, Pasión y Muerte). Y lo hacen en el marco incomparable de un escenario natural al aire libre, de unos ocho mil metros cuadrados, donde se ha levantado una escenografía que nos muestra el Sanedrín (con Caifás, Anás y demás sacerdotes del templo); el pretorio de Pilatos; palacio de Herodes; el cenáculo donde se celebrará la Última Cena; un pozo, un puente, un arroyuelo… todo esto a la vista de los espectadores que, sentados en sus asientos, sin tener que desplazarse de un sitio a otro, pueden ver y oír todas las escenas de “El Paso”.

Intervienen más de quinientos actores y actrices aficionados. Los miles de espectadores que cada año visitan Riogordo dan fe de la seriedad y buen hacer de todos y cada uno de ellos. 

“El Paso de Riogordo”, entre otras distinciones, ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional de España. Y así, cada año, desde la modestia de un pueblo que se vuelca con la representación y donde no hay ni una familia que no tenga o haya tenido a alguien implicado en la misma, se espera con los brazos abiertos la visita de quienes quieran vivir la Semana Santa de un modo peculiar. Y es que, como dijera hace años un diario nacional: «“El Paso de Riogordo” es una de las mayores manifestaciones artísticoreligiosas de la Semana Santa española».

El Viernes Santo y el Sábado Santo, a las 16.30 horas, tienes una cita con esta magna representación.

Antonio Gavilán Pascual, miembro de la Junta Organizadora de "El Paso de Riogordo"