NoticiaMigraciones No a la criminalización de inmigrantes y refugiados Publicado: 23/02/2016: 13985 La Plataforma de Solidaridad con los inmigrantes de Málaga, a la que pertenece la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Málaga, ha participado en una concentración celebrada este sábado, 27 de febrero, en la Plaza de la Marina. Bajo el lema "Pasaje seguro, ¡ya!", la concentración se une a la Marcha Europea por los Derechos de los Refugiados para «exigir a Europa que reciba a los refugiados con dignidad y para decir no a la criminalización de inmigrantes y refugiados». Se ha habilitado el twitter @pasajeseguro y el hastagh #pasajeseguro para unirse a la concentración desde las redes sociales. Con motivo de esta concentración, la Plataforma de Solidaridad con los inmigrantes de Málaga hecho público el siguiente manifiesto: PASAJE SEGURO YA! NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE INMIGRANTES Y REFUGIADOS 27 de Febrero de 2016, Marcha Europea por los derechos de refugiados y migrantes “Pasaje Seguro” es el grito que hoy nos une a los pueblos de Europa, exigiendo a los gobiernos el establecimiento de rutas seguras para los cientos de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares y buscar un lugar seguro en nuestro continente. En el mundo hay más de 60 millones de personas en situación de desplazamiento forzados, la cifra más alta que recuerde la historia reciente de la humanidad. La única solución viable es dar una respuesta humanitaria que contemple de forma contundente y sin atenuantes la salvaguarda de sus vidas y el reconocimiento pleno de sus derechos. En los últimos 10 años las personas que huyen en busca de protección internacional han pasado de 38 a 60 millones. Cada día 42.500 se ven obligadas a huir de su lugar de residencia. Y lo que es peor, ninguna de las situaciones o conflictos que han contribuido en parte a la creación de esta crisis humanitaria sin precedentes, ha encontrado solución. Siria, Afganistán, Irak, Palestina, Eritrea, Nigeria, Somalia, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Guinea Conakri, Yemen, son sólo de algunos ejemplos de la eternización de conflictos bélicos, de las hambrunas de pueblos enteros, de dictaduras sangrientas, de violencia sexual contra miles de mujeres, de los conflictos de intereses transnacionales que auspician, si no generan, el expolio de riquezas, la venta de armas y el tráfico de personas. Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), casi un millón de personas migrantes y refugiadas entraron a Europa desde África y Oriente Medio a través de rutas terrestres o marítimas en 2015. En este mismo año murieron en su intento de llegar a Europa cerca de 4.000 personas (3.700 según cifras del ACNUR), de las cuales al menos el 30 por ciento eran menores de edad. En lo que llevamos de año contabilizamos 410 víctimas más (309 en el Egeo intentando llegar a Grecia). A todas ellas habrá que sumarles las historias que desaparecen bajo las aguas sin dejar rastro de su existencia; las muertes de los invisibles y de quienes transitan caminos entre las nieves de la ruta de los Balcanes. Sin olvidar las voces silenciadas de más de 10 mil niños y niñas que Europa parece haber perdido el registro y desconoce su paradero. Mientras tanto, los ciudadanos de la UE asistimos con horror y vergüenza a la política que se está aplicando a los seres humanos que intentan llegar a suelo europeo. Vemos cómo el Consejo de Ministros de la UE contempla criminalizar a las personas y ONGs que ayuden a refugiados y migrantes a alcanzar las costas europeas. Junto a ello, el gobierno de Austria afirma que repatriará a 50.000 solicitantes de asilo en tres años y en muchos países se blindan aún más las fronteras, siguiendo la estela del gobierno xenófobo de Orban en Hungría. A ello tenemos que sumarle la vergüenza del programa de reubicación, que solo ha acogido a 414 personas de los 160.000 previstos. La foto del pequeño Aylan pareció actuar como torpedo para la conciencia de nuestros gobernantes. Y, sin embargo, nos encontramos con que la única respuesta es enviar buques Armados de la OTAN para controlar las aguas del Egeo y el funcionamiento de las mafias, a la par de potenciar medidas de neto corte racista. Otra respuesta sin una pizca de humanidad, ha sido las de países como Suiza, Dinamarca y algunas regiones de Alemania, que han decidido confiscar el dinero y objetos de valor a las personas refugiadas que llegan a dichos lugares. Es mentira que las mafias sean el origen de este sinsentido. Las mafias son una consecuencia del control y externalización de fronteras, y están creciendo en forma proporcional a las medidas de control que establecen los gobiernos europeos. En nuestra frontera sur, las devoluciones ilegales y el bloqueo por parte de Marruecos de las personas refugiadas que tratan de llegar a España y pedir asilo siguen siendo una práctica habitual que cuenta con la connivencia del Gobierno español. Es de especial gravedad la situación de violencia, racismo y xenofobia que viven las personas subsaharianas en Marruecos que ven impedido su acceso a España para pedir asilo, un derecho que les pertenece, no quedándoles más alternativa que recurrir a los traficantes de personas, al salto de valla y a las pateras. Cada vez que se levanta una valla, cada vez que una concertina desgarra la piel de una o un migrante, cada vez que se deniega un visado humanitario, cada nuevo muro que se construye, cada campo de refugiados que se eterniza, es un acicate para que estas vidas desesperadas caigan en manos de redes de tráfico de personas, de mafias que viven de esa desesperanza creciente. Las mafias ganan tanto como gastan los gobiernos en controles fronterizos. Por eso “Pasaje seguro” es la reivindicación de quienes creemos que no estamos frente a una crisis de refugiadas y refugiados, sino ante una severa crisis de valores de nuestras sociedades europeas. Es la unión de pueblos que necesitamos seguir siendo solidarias y solidarios para sentirnos dignas y dignos, es el brazo extendido de gentes de a pie, de vecinos y vecinas que entendemos que los derechos corresponden a todas las personas o no son derechos, que creemos que la vida de las personas debe estar en el centro del debate. No hay bandera, ni frontera, ni control de seguridad de un país que justifique una sola muerte más. Por todo ello exigimos: 1. Vías legales y seguras (su falta es lo que explica tantas tragedias). Pasajes seguros para las y los refugiados y migrantes, en Grecia, en nuestra frontera, y en el resto de Europa, para que todas las personas con necesidad de protección internacional, independientemente de su país de origen, puedan acceder a territorio español y europeo para ejercer su derecho a solicitar asilo. 2. Pedir a los socios europeos la celebración de una cumbre para evaluar los Acuerdos de Schengen y revisar el Reglamento de Dublín. Reexaminar los criterios de definición actualizando la noción de países seguros y revisar la vinculación al primer país de llegada a territorio europeo en el procedimiento de solicitud de asilo 3. Incrementar la implementación de vías legales para la solicitud de asilo y en particular garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en los países de origen, limítrofes y de tránsito. Incrementando las oficinas europeas de examen de solicitudes de asilo, y asegurando en ellas la presencia de representantes de ACNUR, sobre todo en los países limítrofes a aquellos en los que existen situaciones de conflicto que generan desplazamientos de refugiados. 4. Activar específicamente y de forma flexible los visados humanitarios, y flexibilizar la exigencia del visado de tránsito para aquellas personas que proceden de países en conflicto. 5. Hacer realidad la Directiva Europea de Protección Temporal activando el mecanismo contemplado para hacer frente a emergencias humanitarias. 6. Reforzar e incrementar los programas de re-asentamiento en coherencia con el número de refugiados existente, asumiendo un reparto equitativo y solidario entre todos los Estados, a partir de un sistema común europeo de asilo. Es decir, aceptar las cuotas obligatorias. 7. Urgir que Málaga sea una Ciudad Refugio, un lugar solidario y hospitalario, respaldando las propuestas realizadas por entidades como Málaga Acoge (campaña #MálagaCiudadRefugio) o la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, fomentando la solidaridad ciudadana y dotando a las organizaciones sociales de todos los medios necesarios. 8. La suspensión de la firma y aplicación de acuerdos de retorno y readmisión con países que no respetan los Derechos Humanos. 9. Un papel activo a los gobiernos europeos en la resolución de conflictos de forma pacífica así como en el control del comercio de armas a países en los que se violan los Derechos Humanos. 10. Poner fin a los discursos, medidas y actitudes denigrantes, racistas y xenófobas contra las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes garantizándoles un trato digno y justo. En Málaga a 24 de Febrero de 2016 Plataforma de solidaridad con los/las inmigrantes de Málaga