NoticiaColaboración Iglesia-hospital de campaña Publicado: 05/10/2015: 15769 José Luis Pinilla, SJ, director de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, explica en qué va a consistir el "Encuentro Intraeclesial de Frontera", que tiene lugar en Málaga. Hay fronteras geográficas y hay fronteras existenciales. Muchos llegan a ellas huyendo de las bombas o huyendo del hambre. Ambas matan. De ambas se huye buscando vivir o realizar proyectos vitales. Son los refugiados y los migrantes, a quienes la Iglesia trabaja por darles hospitalidad,dignidad y derechos. Son los vulnerables, a los que el sufrimiento siempre les “pilla” en medio. Cerca de ellos está la Iglesia y sus instituciones. Está en las dos orillas: En el sur de Europa y en el Norte de Marruecos. Y se ha dotado de un espacio de intercambio eclesial para compartir líneas de trabajo y experiencias. Se llama Encuentro Intraeclesial de Frontera. Pero se podría haber llamado Iglesia samaritana o “Iglesia-hospital de campaña”, como decía el papa Francisco. Ya tuvimos el primer encuentro en Málaga en diciembre de 2014 y queremos continuarlo el 8 de octubre próximo. Participan varias Cáritas y delegaciones de Migraciones del Sur de España, las de Tánger (y Equipo Nador) y Rabat, así como Justicia y Paz, CONFER, Servicio Jesuita a los Refugiados (SJR) y la Comisión Episcopal de Migraciones (CEM). El año pasado, el obispo de Málaga decía: «El problema de fondo es el drama humano de tantas personas, que desean salir de la miseria y buscan unas condiciones de vida más digna». Por eso hay fronteras geográficas y fronteras existenciales. Acercarnos a ellas es nuestro deseo como Iglesia. Porque, inmersos de lleno en la actual crisis de refugiados, nuestros medios se están volcando en informar y analizar sobre lo que sucede en la Unión Europea sin prestar excesiva atención, con algunas excepciones notables, a lo que sucede en los países de origen de estos refugiados. Centrados en la búsqueda de soluciones cortoplacistas para dar respuesta -de momento sin éxito- a la situación de los refugiados que están en Europa, no se han planteado acciones que intenten paliar las causas que generan estos flujos de personas que huyen de la violencia y la inestabilidad en varios países de África y Oriente Medio. Queremos analizar, coordinar acciones, proponer respuestas a los retos… crear puentes en las dos orillas del Estrecho teniendo a la persona migrante en el centro. El Papa lo ha recordado en Estados Unidos estos días: «No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación».