Es hora de contribuir con Hacienda y también con la Iglesia pues, marcando la casilla correspondiente a esta institución, el Estado destina el 0,7 por ciento de lo que ya nos ha cobrado (o retenido) al sostenimiento eclesial. No nos cuesta nada, por tanto, puesto que el resultado de la declaración va a ser el mismo que si no hubiéramos marcado ninguna cruz. Y nos proporciona la satisfacción de contribuir con la labor de la Iglesia Católica en estos tiempos que corren donde hay tantos que siguen necesitando tanto.

Como otros años, la Iglesia también nos recuerda que es posible ayudar más todavía a esta institución si en vez de marcar sólo la casilla de la Iglesia Católica marcamos también la de “Fines Sociales”, puesto que son muchas las instituciones eclesiales (entre otras que no lo son) cuyos presupuestos para la acción social beben del otro 0,7 por ciento opcional que nos ofrece el formulario proporcionado por Hacienda. En este caso, hay que recalcar que el coste para el contribuyente es igualmente cero, puesto que ese 0,7 por ciento sale de lo que el Estado ya ha recaudado. Además, al marcar las dos cruces no es que se reparta el 0,7 por ciento entre los dos fines, sino que se da el doble: 0,7 para la Iglesia Católica y otro 0,7 para los proyectos de Cáritas y otras instituciones.

Frente a las diversas campañas de determinados grupos de poder para empañar la imagen de la Iglesia sacando a la luz sólo sus pecados, la opinión pública reconoce que esos casos aislados, aun siendo graves, no eclipsan en absoluto la labor de miles, cientos de miles de sacerdotes, religiosos y religiosas y seglares que entregan lo mejor de sí mismos en favor de la comunidad cristiana y de toda la sociedad, en especial de las personas que más lo necesitan. La prueba está en que el número de declaraciones con la cruz en favor de la Iglesia Católica el año pasado se incrementó en casi 240.000 con respecto al año anterior. Eso significa que el número de españoles que manifiesta su apoyo a la Iglesia a través de este sencillo gesto asciende a casi 9 millones.

Las novedades introducidas en las últimas campañas de la renta impiden que esta cantidad sea aún más elevada, puesto que se ha eximido de la obligatoriedad de hacer la declaración a todas aquellas personas que ganen menos de 22.000 euros anuales procedentes de un único pagador. Es decir, que millones de mileuristas y pensionistas que, de hacer la declaración, podrían marcar la cruz, no lo hacen al no estar obligados a ello. No obstante, el hecho de no estar obligados no significa que no puedan realizar su declaración y poder así marcar las cruces. Algunos ya lo hacen pues no supone apenas esfuerzo. Así consiguen que ese 1,4 por ciento de lo que Hacienda les retiene (0,7 de la Iglesia y 0,7 de Fines Sociales) sea destinado a su opción, en lugar de pasar a las arcas del Estado.

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