Bajo el lema “Joven, levántate y anda”, Benalmádena acogió a más de 400 jóvenes en el XXXV Encuentro Diocesano de la Juventud. La jornada, en la que participaron 40 jóvenes procedentes de Melilla, comenzó a las 9.30 horas con la acogida, en la parroquia de la Inmaculada Concepción, donde se realizaron las inscripciones y el reparto de camisetas. El escenario se colocó en la plaza Adolfo Suárez y, desde él, se introdujeron la oración inicial y la bienvenida del encuentro. Los talleres se desarrollaron en dos entornos: la parroquia de la Inmaculada Concepción, y la de Virgen del Carmen. La Eucaristía se celebró a las 13.30 horas y, tras ella, la Cofradía de la Redención cedió sus instalaciones para la preparación de un arroz. De ahí realizaron una pequeña marcha hasta el Parque de La Paloma, donde compartieron una actividad lúdica y la jornada concluyó en el Auditorio Municipal con un gesto final, acompañado con música.

El delegado de Infancia y Juventud, Francisco Ruiz Guillot, tras la celebración de tan esperado encuentro, se muestra agradecido: «en primer lugar, doy gracias a Dios porque el pasado sábado vivimos un Encuentro Diocesano de la Juventud maravilloso. Él estaba ahí e hizo posible que los jóvenes se encontrasen, vivieran esta experiencia y la disfrutaran. Por ello, lo primero es darle gracias a Él, que es el artífice de todo esto. Y, en segundo lugar, doy gracias porque ha sido un momento precioso de reencuentro y de emprender y retomar muchas actividades. Ha sido un momento en el que los jóvenes han tenido protagonismo y en el que se ha unido lo formativo y lo cultural con los tiempos de oración. Ha sido una preciosa experiencia en la que todos nos hemos involucrado, tanto los miembros de la Delegación como los jóvenes de las distintas realidades que han participado con mucha generosidad».