Esta celebración congregó a los 22 seminaristas mayores, sus formadores, amigos y familiares, así como a numerosos fieles que quisieron unirse en acción de gracias por las vocaciones.

En su homilía, Don Jesús pidió por estos jóvenes que han sido llamados para ejercer el ministerio sacerdotal, para que «se mantengan fieles al Señor en la vocación al sacerdocio.-Y añadió- imploramos de Dios nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada». A ellos, Jesús Catalá dedicó unas palabras de aliento. «Os animo a que seáis rebeldes respecto al mundo, pero dóciles al Espíritu y a la llamada del Señor» les dijo. Y a los presentes, alentó: «no tengamos reparo, queridos fieles, en animar a los jóvenes al seguimiento de Cristo; en ayudarles a descubrir la figura de Jesús, para dejarse interrogar por sus palabras y sus gestos». 

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