NoticiaFamilia «Nos enseñaron a rezar nuestros padres, especialmente nuestras madres» Toñi Delgado e Ismael Herruzo ante el Belén de su parroquia, Santa Rosa de Lima Publicado: 27/12/2020: 11384 ASÍ REZA… DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA Nos acercamos a la oración en esta Navidad de la mano de los delegados de Pastoral Familiar, Ismael Herruzo y Toñi Delgado. En el Día de la Sagrada Familia, ante el Belén, Ismael y Toñi recuerdan la “Oración a la Sagrada Familia” del papa Francisco, con la que concluye la exhortación apostólica Amoris laetitia «A nosotros nos enseñaron a rezar nuestros padres, especialmente nuestras madres desde muy pequeñitos. Al crecer nos siguieron enseñando “nuestros maestros” en la escuela», esos son sus primeros recuerdos acerca de la oración, «nos enseñaron nuestras madres con esas primeras oraciones tiernas como Jesusito de mi vida, que después fuimos madurando con el rezo del Padre Nuestro, los rosarios en familia y la oración en el colegio. Fuimos creciendo en la intensidad de la oración en las reuniones en grupos parroquiales y universitarios y, finalmente, aterrizamos en los Equipos de Nuestra Señora, donde la oración se convirtió en centro de nuestras actividades familiares, con la orientación de oración conyugal», añade este matrimonio responsable de la Pastoral Familiar de la diócesis. Y es que, para ellos, «la oración en la vida de una familia cristiana es el pilar más importante, junto con el amor. Leer y meditar la Palabra de Dios y aplicarla en el día a día, es parte de nuestra vida. Para nosotros, es el termómetro que marca la intensidad de vida cristiana en familia, cuando está débil, la relación se resiente, y viceversa». Y esa oración se intensifica y a ella se agarran de forma especial «en los momentos de crisis vital, de salud, de dificultades de los hijos y de retos que deben superar y que tanto nos duelen y polarizan nuestras vidas. En todos ellos la oración es el bálsamo que conduce a la esperanza». Toñi, se ha agarrado a ella, especialmente, en el acompañamiento a sus padres en el proceso de la muerte. Pero, ¿cómo se concreta la oración para Toñi e Ismael? «Rezamos con el Evangelio del día, por la mañana, antes de irnos al trabajo, los dos juntos. Y luego, a lo largo del día, ¿qué cristiano no tiene un ratito más de oración? Uno de los puntos fuertes de los Equipos de Nuestra Señora, a los que pertenecemos, es la oración personal y la oración conyugal. Tanto el equipo como el movimiento, te ayudan en esta tarea». «La familia que reza unida, permanece unida. La hace más fuerte para afrontar con más luz y esperanza, situaciones difíciles que a lo largo de la vida se encuentra la familia; como la enfermedad, fracasos, crisis… Nos ayuda a ser más pacientes, más tolerantes y, sobre todo, a ser agradecidos. Tenemos que dar muchas gracias a Dios, desde que comienza el día por tanto como pone en nuestro camino», añaden. Una Navidad diferente «En nuestra familia, celebrábamos la Navidad con toda la familia, que somos muchos, reunidos en torno a la mesa, junto con algunos amigos o vecinos, que a última hora estaban solos. Este año es muy diferente, somos menos en la mesa, pero sin perder el verdadero espíritu de la Navidad», afirman con rotundidad Ismael y Toñi, pues la Navidad «es un alto en el camino, para dar gracias a Dios por todos los que hoy no están con nosotros y tanto nos dieron, por nuestros hijos, y nuestra familia; y también es una oportunidad para tener presente el sufrimiento de tantas familias que, a consecuencia de esta pandemia, sufren ante la enfermedad, la pérdida y la crisis económica. Intentamos que sea el fruto de un Adviento vivido paso a paso, con las velas encendidas para acoger la Luz que se nos regala». En el Día de la Sagrada Familia, ante el Belén, Ismael y Toñi recuerdan de forma especial la “Oración a la Sagrada Familia” del papa Francisco, con la que concluye la exhortación apostólica Amoris laetitia: Escúchala aquí Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.