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Saludo del Obispo a los miembros de las Congregaciones y Hermandades de Gloria (Málaga)

Foto de familia tras el pregón de las Glorias 2018 // E. NIETO
Publicado: 07/04/2018: 7772

Saludo del Obispo de Málaga, Jesús Catalá, a los miembros de las Congregaciones y Hermandades de Gloria en Málaga.

SALUDA DEL OBISPO DE MÁLAGA
MONS. JESÚS CATALÁ
A LOS MIEMBROS DE LAS CONGREGACIONES
Y HERMANDADES DE GLORIA
(Málaga, abril 2018)

¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!

Éste debería ser el grito y el saludo de todas las Hermandades de Gloria, celebrando la Pascua de Resurrección con alegría desbordante.

Cristo, el Señor de la Vida, venciendo la muerte ha resucitado del sepulcro y ha iluminado el mundo y lo ha transformado, dando un nuevo rumbo a la historia humana.

Los apóstoles y discípulos del Señor fueron testigos de la vida y obras que Jesús hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Y aunque murió en la cruz, ellos confiesan que Dios lo resucitó de entre los muertos.

Los discípulos recibieron del Señor el mandato misionero de anunciar la buena noticia de la resurrección: «Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos» (Hch 10,42). También nosotros estamos llamados a anunciar con gozo la resurrección del Señor.

Creer en Cristo resucitado conlleva los buenos frutos de recibir el perdón de los pecados y la herencia eterna. San Pablo nos exhorta a vivir como “personas resucitadas”, buscando los bienes de arriba, donde está Cristo (cf. Col 3, 1-2).

¡Queridos fieles y miembros de las Hermandades de Gloria, anunciad esta buena nueva a todas las gentes, como hicieron los apóstoles y discípulos del Señor resucitado! ¡Proclamad que Jesucristo ha vencido el pecado y la muerte! ¡Vivid con alegría como “resucitados”, porque hemos sido salvados por Cristo Jesús, Señor nuestro!

Pedimos al Señor resucitado que nos conceda vivir la alegría de la Pascua; que nos otorgue la luz iluminadora de su resurrección y la fuerza para anunciar con valentía a nuestros contemporáneos que la vida terrena y temporal es solo la antesala de la vida eterna, a la que todos estamos llamados.

¡Que la Santísima Virgen María, bajo las diversas advocaciones que profesáis, nos acompañe siempre y nos ayude a vivir con la alegría y la paz del Resucitado!
Con mi bendición.

+ Jesús, Obispo de Málaga

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