Directora del Departamento de Econónimo-Administrativo de la Fundación, ¿es el departamento más temido?
¡Qué va!  Al contrario de lo que en principio se pueda imaginar, se trata de un servicio muy querido, valorado y solicitado. No hay que olvidar que cualquier iniciativa pedagógica, formativa, pastoral… necesita un estudio previo de viabilidad económica que la haga finalmente posible. Administrar los recursos con austeridad al mismo tiempo que con imaginación es una tarea apasionante que siempre realizamos con la mirada puesta en el horizonte del bien común.

¿Cuáles son las funciones de su departamento?
Como el propio nombre del Departamento indica, me ocupo de todos los asuntos económicos y administrativos de la Fundación, entre ellas, análisis de las necesidades económicas y financieras de los centros, memoria económica, acuerdos de colaboración y patrocinio, análisis de las necesidades de inversión en centros y escuelas, etc…

Los centros de la Fundación Victoria son concertados, ¿es posible sobrevivir con poca financiación pública y mucha creatividad?
La financiación pública es francamente escasa para llevar a cabo eficazmente la obra educativa que la Fundación desarrolla. Esto, que puede parecer un obstáculo insalvable, nos obliga a ser tremendamente austeros en la gestión de los recursos y, al mismo tiempo, nos aboca a ser, como dices, muy imaginativos a la hora de allegar otros recursos que nos permitan continuar siempre adelante sin que se resienta la calidad de la enseñanza.

¿Cómo llegó a la Fundación Victoria?
Terminada la licenciatura en dirección y administración de empresas me disponía a buscar trabajo en el mundo de la banca, pero a través de un amigo supe de la necesidad de personal administrativo para una sustitución y me animaron a presentar el currículum.

¿Qué destacaría de estos centros, qué los caracteriza?
Nuestros colegios ponen a los niños, a cada uno de nuestros alumnos, en el epicentro de toda la actividad que se realiza. Además, desde nuestra visión cristiana del mundo, cada criatura es única e irrepetible y eso nos impulsa a que la educación sea lo más personalizada posible. Y como nota final, me gustaría destacar el ambiente de alegría que se vive en nuestros colegios. Esa alegría no es fruto de la ingenuidad ni de un optimismo vital inopinado. Más bien es la consecuencia natural de intentar vivir los valores del Evangelio cada día.

¿Qué impulsa a los padres a elegir un centro de la Fundación Victoria?
Pues el convencimiento de que lo más importante para ellos, sus hijos, lo es también para nosotros. Nada más. Y nada menos. Entrando algo más en detalles, la Fundación Victoria posee una amplia oferta formativa de calidad en distintos niveles, la cual, impregnada e impulsada por los valores del humanismo cristiano, es percibida por los padres como el mejor de los avales para confiarnos la educación de sus hijos.

Dentro de unos días tendrán lugar las Jornadas de reflexión pastoral, ¿ilusionados?
Pues sí, mucho! Pero si me permites matizar mi respuesta, me gustaría resaltar que estas jornadas, donde se trabaja de manera concreta algún tema de especial interés o de actualidad que conecte la fe y el modo de vivirla con el mundo de la educación, son más bien eso: una parada para la reflexión y la toma de aire para seguir en el quehacer diario. Pero en la Fundación Victoria la pastoral no es algo más. Ni siquiera lo más importante. La pastoral es algo que inspira todas y cada una de nuestras acciones. Para nosotros la pastoral es que todos los miembros de la Comunidad Educativa, cada uno desde el ámbito de su particular lugar y tarea, hacen lo que tienen que hacer con un corazón de pastor.