La experiencia consta de una convivencia mensual durante un curso, el trabajo en casa de un material y el acompañamiento espiritual de otra persona. Sus origenes tuvieron lugar hace ya 17 años. En ella pueden participar chicos y chicas de entre 18 y 28 años que intentan descubrir su vocación. Por eso, durante todo un curso, un equipo de seglares, religiosos, religiosas y sacerdotes, es decir, representantes de todas las vocaciones, ofrecen a los jóvenes tiempo y espacio para que se planteen con seriedad “qué quiere Dios de ellos”. La primera convivencia tendrá lugar el 10 de noviembre. Para más información e inscripciones, pueden llamar al delegado de Pastoral Vocacional, Javier Guerrero, al teléfono 952 25 21 54.