NoticiaArciprestazgos Málaga capital El arciprestazgo Virgen del Mar reflexiona sobre la conversión parroquial Publicado: 08/05/2023: 1792 Asamblea El Colegio de la Asunción, en Pedregalejo, acogió la Asamblea del Arciprestazgo Virgen del mar en la que se expuso lo que los distintos Consejos Parroquiales que lo componen han trabajado sobre la conversión pastoral, tercera prioridad pastoral diocesana. La asamblea contó con un tiempo para el trabajo por grupos y un tiempo para poner en común el resumen de todo lo trabajado, documento que se ha hecho llegar a todas las parroquias del arciprestazgo. Una de las preguntas en las que profundizaron fue: “Es urgente involucrar a todo el Pueblo de Dios en el esfuerzo de acoger la invitación del Espíritu, para llevar a cabo procesos de “rejuvenecimiento” del rostro de la Iglesia”. ¿Qué hay que “rejuvenecer” en nuestras parroquias? ¿Solo edades? ¿O también estilos? ¿Cuáles?” × Entre las sugerencias que aportaron se podían ver las siguientes: - Este “rejuvenecimiento” no viene “por orden o directrices” del párroco, sino que es de todos, y nos tiene que mover a todos: jóvenes, familias, mayores, etc. - Después de la dispersión propiciada por la pandemia, estamos en reconstrucción. Todos los grupos que participan en la parroquia deben interrelacionarse para saber qué hace cada uno y cómo ayudarse mutuamente. Debemos tomar conciencia de que formamos parte de una comunidad, saber escuchar y preocuparse por los demás. - Un primer paso esencial es la acogida fraternal al que se acerca a la parroquia: Crear grupos específicos de acogida en nuestras parroquias. Cuando alguien llega a nuestra parroquia, está buscando a Dios y nosotros debemos ayudarles a que se sientan acogidos, no mirarlos como extraños o distintos a nosotros. Esa persona quiere conocer a Jesús, y nosotros debemos crear espacios para que se sientan en familia y con confianza. Ser más empáticos y amables, que no se sientan solo/as. Que nuestro lenguaje sea más cercano, aunque simplemente vengan a por un documento o a revisar la tarifa de un columbario. En definitiva: cambiar nuestra imagen de perfectos y orgullosos a la realidad de que somos pecadores como los demás, pero que tenemos la enorme suerte de conocer a Cristo que nos ayuda a caminar hacia el Padre. - Acoger también significa salir al encuentro del necesitado. No podemos quedarnos de forma endogámica en el templo, de puertas para dentro. La soledad de las personas mayores es uno de los puntos más importantes donde podemos actuar. - “Rejuvenecer” los grupos visibles parroquiales (Liturgia, Cáritas, Pastoral de la Salud...) implica, necesariamente, incorporar a nuevos miembros, sobre todo jóvenes, en ellos. Integrar a los nuevos grupos que se han unido a nuestra parroquia, mezclar edades y carismas. Incluso, dar paso a una combinación generacional compartido en tareas concretas como: Acogida, Despacho, Cáritas, Liturgia, Catequesis, etc. Es importante que los equipos parroquiales estén atentos a captar esas posibles personas. - “Rejuvenecer” no significa que abandonemos o dejemos a un lado a nuestros mayores. Nuestros mayores son una riqueza para la parroquia. Tendríamos que combinar estilos y lenguajes en lo que hacemos; el “siempre se ha hecho así”, no tiene cabida. Tenemos que utilizar más las posibilidades que nos ofrece la tecnología. - Las familias son el elemento fundamental para rejuvenecer la parroquia. Es necesario abrir la Iglesia a las familias, a efectos de celebrar eventos o reuniones de matrimonios o parejas no casadas que se entiendan arropados por la parroquia en sus necesidades y anhelos espirituales. También crear convivencias padres-hijos, con servicios de guardería o actividades para sus hijos que les permitan profundizar en valores evangélicos. Sería bueno hacer un seguimiento con los que participan en el Curso de Preparación al Matrimonio y la Vida Familiar, felicitándoles en el aniversario e invitándoles a un encuentro después del primer año de casados. Invitar también a crear grupos de matrimonios. - Fomentar las celebraciones organizadas por colectivos que propicien esa “frescura”: No es una celebración preparada “para los jóvenes/mayores/niños/miembros del grupo X”, sino “por los jóvenes/mayores/niños/miembros del grupo X”, dotándola de su estilo pero abierta a toda la comunidad. No es lo mismo dar un acto penitencial a los jóvenes que a los mayores, si queremos atraer y que sea novedad nos dirigirnos a cada ámbito de una manera diferente. La actitud debe ser positiva y alegre. La alegría de los jóvenes contagia a todo el colectivo. De esto tenemos experiencia en las Hermandades y Cofradías del arciprestazgo. Con actividades específicas para cada grupo de edades. En el caso de los jóvenes: senderismo, excursiones fuera de la parroquia, culturales, de ayuda social en el barrio… - Aumentar el compromiso e implicación de los padres y madres de catequesis de primeras comuniones. Promover algunas convivencias familiares. - Revisar los Cursos de preparación a los sacramentos y hacerlos más dinámicos (sobre todo el de Bautismo). - Hacer una convocatoria a los que se bautizan en el año, e invitarlos a una acción de gracias con motivo del día de la Presentación del Señor (2 de febrero). Estar atentos a los que manifiesten más deseo de continuar con la formación de su fe. - Repescar a los rezagados en la preparación del sacramento de la confirmación en la etapa adolescente y juvenil. Desde que se recibe el sacramento de la confirmación antes de la primera comunión los grupos de jóvenes de la parroquia han ido desapareciendo. - Talleres para la preparación de lectores de la Palabra, de forma que cualquier persona interesada reciba la formación necesaria y no se vea la posibilidad de leer como algo inaccesible. - Volver a nuestras raíces: lectura comprensiva del Catecismo de la Iglesia, dándole un sentido de actualidad.