Creemos que Jesús está vivo y hemos tenido y tenemos experiencias de Él en nuestras vidas, aunque a veces nos dejemos llevar por las circunstancias de este mundo que nos rodea. Así, con esta celebración, quisimos, de nuevo, dar respuesta a Dios, que nos habla y nos llama. En resumen, nuestra Vigilia de la Inmaculada, tuvo tres secuencias diferenciadas:

1ª. En mi vida: nos planteamos ¿Qué te impide escuchar la voz de los hermanos? ¿Qué te impide escuchar la voz de Dios?
2ª. Encuentro: reflexionamos sobre la Anunciación y el "sí" de María. ¿Decimos sí a Dios, con todo lo que ello conlleva?
3ª. Respuesta: cada asistente portaba una vela encendida, simbolizando su "sí", a modo de respuesta de Fe al Señor, iluminado por el Espíritu Santo.

En este año de la Fe, fue otro símbolo más de nuestra unión en la fe, para dejar constancia que la Iglesia está viva y Cristo vive en nuestros corazones.