NoticiaCatequesis Carta abierta sobre la catequesis de infancia Publicado: 09/10/2012: 3801 El Catecismo "Jesús es el Señor" ha supuesto en nuestra diócesis una renovación de la catequesis de infancia, que está favoreciendo realizar mejor la iniciación cristiana de los niños. Gracias a Dios, hemos pasado de las palabras a los hechos concretos, porque llevamos tres años asumiendo e integrando en nuestra diócesis la Carta Pastoral, Renovar la Catequesis de Infancia, de nuestro Obispo y Pastor D. Jesús Catalá Ibáñez. Soy consciente de que este cambio se va dando lentamente y que todavía queda mucho por hacer, pero lo importante es que cada día hay más sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos catequistas y padres de familia, que tienen más claro hacia dónde vamos y qué es lo que hay que hacer para conseguir iniciar cristianamente a estos niños. La renovación de la hablamos está dando su frutos porque cada día la catequesis es “menos escolar”. Hemos pasado de hacer una catequesis muy centrada en hacer fichas para que los niños pinten, coloreen, hagan crucigramas y construyan frases incompletas, a una catequesis más narrativa donde el catequista narra su propia experiencia de los contenidos que está transmitiendo; a una catequesis más visual donde los niños trabajan la imagen y el dibujo relacionado con el mensaje que se está transmitiendo, captando su atención y suscitando su creatividad; a una catequesis más auditiva donde el canto a veces acompañado con gestos, consigue la participación de los niños y que el contenido se aprenda y se retenga mejor; a una catequesis donde el signo tiene relación con el mensaje que se está profundizando, entra por los ojos grabándose en la memoria; a una catequesis donde el gesto relacionado con el contenido logra la participación haciéndoles disfrutar de lo que están conociendo y aprendiendo. Un referente de este nuevo estilo de catequesis es la nueva Guía básica del primer ciclo litúrgico que en estos momentos se está presentando por toda la diócesis. La renovación que estamos viviendo se constata en la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana. Porque los sacramentos comienzan a recibirse cuando los niños están preparados para recibirlo, bien individualmente o bien grupo, en la Eucaristía que celebra la comunidad parroquial el sábado o domingo, sin necesidad de preparar nada especial, sino siguiendo y haciendo lo que se hace habitualmente en esa Eucaristía. Algunas parroquias ya han tenido esta experiencia que califican de positiva, aunque todavía la mayoría de los niños reciben por primera vez a Jesús sacramento en una celebración especial y en grupos. También los sacramentos comienzan a recibirse siguiendo el orden teológico: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Hay parroquias donde ya se ha celebrado el sacramento de la Confirmación antes que la Eucaristía. Los niños llegados al uso de razón, que no estén bautizados, recibirán los tres sacramentos en una misma celebración. Se sugiere que la Confirmación se celebre al final de segundo ciclo litúrgico, y la Eucaristía en los comienzos del tercer ciclo litúrgico. La renovación también está consolidando la vocación del catequista. Cada día hay más catequistas por vocación que se siente parte de una comunidad parroquial. Catequistas que han tenido una experiencia de Dios y de fe profunda, que celebran los sacramentos de la Eucaristía y la reconciliación, que tienen hábito y experiencia de oración, que van más allá del día de la catequesis, pues preparan la catequesis con tiempo, que oran semanalmente por los niños y por el fruto de la catequesis, que hablan con ellos y con sus padres cuando lo ve necesario, que viven aquello que están trasmitiendo. A LOS PADRES Quiero terminar animando a los Padres, primeros educadores en la fe de sus hijos, a que se integren y colaboren con nosotros en este proceso de hacer de su hijo/a un cristiano. Por eso, os pedimos, que sigáis colaborando con nosotros asistiendo a las reuniones y celebraciones que se convoquen la parroquia. Especialmente, os pedimos que transmitáis la fe a vuestros hijos/as con vuestro ejemplo en la vida diaria. Podéis hacerlo de diversos modos: bendecir la mesa, rezar por las noches, leer juntos la Palabra de Dios, participar de la Eucaristía del sábado o domingo, vivir el domingo como el día del Señor. Pido, al Señor, y a la Virgen de la Victoria, que nos ayude a seguir consolidando este cambio para que estos niños sean bueno cristianos. Autor: Manuel Márquez Córdoba, delegado de Catequesis de