Cuando Jesús Hernández, párroco de Cañete la Real, fue destinado a este pueblo, en octubre de 2009, se encontró con una fiesta inminente: los 500 años de la aparición de la Virgen de Caños Santos. «Una devoción mariana tan importante para Cañete y la comarca había que celebrarla de una forma especial», afirma Jesús. Presentó un proyecto al Sr. Obispo, en el que se contemplaba la proclamación de un año jubilar con motivo del 500 aniversario del hallazgo de la imagen y la coronación de la imagen. «La propuesta era un gesto de reconocer el amor que Cañete y la comarca le tienen a esta devoción mariana, un reconocimiento eclesial y público de que aquí se ama a la Virgen, bajo la advocación de Caños Santos», asegura el párroco.

ORACIÓN Y MISIÓN 

Pero no se trata sólo de una celebración litúrgica, sino que el Año Jubilar se ha acompañado de una misión popular en los cuatro pueblos en los que Jesús es párroco: Cañete la Real, Cuevas del Becerro, Serrato y la Atalaya. Además se han realizado varias colectas, entre ellas la donación del sueldo de un día para destinarlo a Cáritas parroquial y diocesana. 

En palabras del párroco «No podemos coronar la imagen de la Virgen si no la coronamos en nuestros corazones. María nos lleva a Jesús y esta coronación nos invita a que nuestra vida se parezca más a la de Jesucristo, para que la Virgen pueda reconocer a su hijo en nosotros.   Por eso hemos estado rezando durante dos años por los frutos de este Año Jubilar, y hemos celebrado una misión parroquial justo antes de la coronación, para que sea un momento de renovar y fortalecer nuestra fe», concluye Jesús Hernández.

FUENTE DE ALEGRÍA 

El domingo 2 de septiembre comenzó la misión parroquial que concluye este domingo, 16 de septiembre. Un grupo de religiosos, religiosas, sacerdotes y seglares de Málaga, Madrid, Jaén y Oviedo se encargan de organizar y animar los actos de la misión. Según explica el párroco, el pueblo la está acogiendo con mucho entusiasmo, «los pueblos se están llenando de alegría con esta misión, yo creo que es un verdadero fruto del Espíritu. La gente está respondiendo con mucha generosidad y con deseo de escuchar la Palabra de Dios».

FRUTOS 

Una misión, una coronación y un Año Jubilar que tienen sus frutos, en primer lugar para el propio sacerdote, que afirma que «esta misión me está ayudando a seguir entregándome y a seguir anunciando a Jesucristo con celo renovado». Y para todos en general, Jesús resume en tres puntos lo que está suponiendo para los feligreses. 

En primer lugar, que la gente está tomando conciencia de que el cristiano es misionero y la comunidad parroquial tiene que salir a evangelizar. En segundo lugar, que está siendo una oportunidad para renovar la fe y encender los corazones a veces un poco apagados. Por último, este año está siendo una oportunidad también para que mucha gente que se había alejado de la Iglesia se estén acercando de nuevo y estén ofreciendo sus hogares y su tiempo para las celebraciones de la misión parroquial. En resumen, «nos está moviendo a ser testigos creíbles del Amor de Dios», concluye Jesús Hernández.