Esta tarde-noche, el camino del Santuario se convierte en un ir y venir de miles de peregrinos de todas la edades y condiciones, ir y venir que se prolonga hasta mañana por la mañana.  Como narran desde la parroquia, «es una noche de oración, de plegaria, de deseos, de compartir sentimientos, de agradecimiento, donde la Madre, la Virgen de Gracia se convierte en testigo mudo de miles de encuentros íntimos con sus hijos. La Virgen en cada uno de esos encuentros íntimos nos ofrece su amparo, protección y aliento como sólo una Madre sabe hacer. Así nuestros desalientos, desesperanzas, soledades y miedos se convierten gracias a Ella en ilusión y esperanza para continuar el camino de su Hijo. También es una noche de agradecimiento, de gratitud a una Madre que nos ampara y protege siempre».    Los peregrinos podrán celebrar la Eucaristía a las doce de la noche, seis de la madrugada y nueve de la mañana.