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Primitiva Pimentel: «Mi objetivo en la vida es transmitir lo que Dios me ha dado»

Publicado: 16/04/2012: 2061

Primitiva Pimentel de 68 años, más conocida como "Primi" es una vecina más de la localidad de Casares. Es una de esas heroínas anónimas que uno puede encontrar en cada municipio, en cada barrio, una heroína a la que hay que descubrir tan sólo abriendo los ojos, y escuchando su historia.

Primi lleva toda su vida sirviendo a los demás, sirviendo en su parroquia, en su hermandad, en su familia. Es madre de dos hijos y ya tiene tres nietos. Su marido, murió hace 21 años y era una persona "muy creyente, formidable". Funcionario del Ayuntamiento de profesión y maestro rural por vocación, invertía su tiempo libre en la hermandad del municipio. Al morir, Primi recogió el testigo de su marido, al que ayudaba y apoyaba mientras vivió.

–Lleva muchos años ayudando a la parroquia, ¿por qué lo hace?

–Cuando mi marido murió, sentí la responsabilidad de mantener la tradición de la hermandad de Ntra. Sra. del Rosario del Campo, de la que llevo siendo tesorera más de veinte años y trabajar por la Romería y el Día de la Virgen por respeto y amor hacia él y por la enorme vocación y fe que él me transmitió. Además, ya no recuerdo ni los años que llevo como catequista. En muchas ocasiones tengo a los hijos de los niños de los que fui catequista y los veo casarse. Es una satisfacción muy grande participar en la educación religiosa de los vecinos de Casares porque veo muy desorientada a la juventud actual, con muchas crisis de valores y cuando ves que tus niños crecen con fe y se convierten en buenas personas, sientes que algo has ayudado en ese camino.

–Pero no sólo trabaja en la parroquia, es usted Juez de Paz en su municipio.

–Sí, pero yo no me presenté, me eligió el pueblo. Ayudaré en lo que me reclamen mientras la enfermedad me lo permita. Ayudo en apuntar al censo, realizar el libro de familia, inscribir en el Juzgado a los que nacen… Creo que lo que me anima y me empuja a hacer tantas cosas es la fe que me da Dios, nadie me obliga. Es lo que mi conciencia me dicta.

–En un par de meses se celebra la Romería de la patrona. ¿Cómo van los preparativos?

–Es el segundo fin de semana de mayo, pero ya tenemos reuniones con el cura. Estamos preparando la Romería desde Casares a la ermita junto a los ríos Genal y Guadiaro. Realizaremos una ofrenda floral, celebraremos el Rosario de la Aurora… Y después tenemos el día de la Virgen, el 8 de septiembre, ya mismo tenemos que empezar con los ensayos del coro rociero del que también soy miembro. A todas las fiestas que organizamos viene muchísima gente, no sólo del pueblo, sino también del Tesorillo, de Secadero, de Estepona, de La Línea… hay mucha devoción hacia la Virgen y hay que seguir trabajando para que ésta se mantenga.

–Tiene dos hijos y 3 nietos. ¿Qué les ha intentado inculcar durante su educación?

–Yo no pude estudiar, por lo que intento transmitir lo que Dios me aporta, los he educado en la fe, en hacer todo lo necesario para ser buenas personas. Y creo que lo he conseguido.

–¿Cuál es su objetivo en la vida?

–Quiero seguir adelante, seguir haciendo todo lo que hago el tiempo que Dios quiera. Y hay que seguir dando gracias a Dios; a mí me ha dado todo lo que le he pedido. Le pedí un marido creyente y honrado y me lo dio, una familia sana, y la tengo. Una vez, cuando mi marido ya estaba muy enfermo, le dije que Dios le estaba haciendo sufrir demasiado, él me miró a los ojos y me dijo que no era nada comparado con lo que Jesús sufrió. Desde entonces, no hago más que agradecer a Dios todo lo que me ha dado.

–¿Cuáles son sus futuros proyectos en la hermandad?

–Estamos intentando meter cada vez más a los jóvenes, por ejemplo para vestir a las imágenes, para que los pocos conocimientos que yo tenga, no se vayan conmigo. Además, tenemos que seguir arreglando la iglesia.
 

Autor: diocesismalaga.es

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