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Confirmaciones en la parroquia de San Isidro Labrador (Periana)

Publicado: 07/06/2014: 553

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía celebrada con motivo de las confirmaciones en la parroquia de San Isidro Labrador en Periana el 7 de junio de 2014.

 

CONFIRMACIONES

EN LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO LABRADOR

(Periana, 7 junio 2014)

Lecturas: Gn 11, 1-9; Sal 103, 1.24.29-34; Rm 8, 22-27; Jn 7, 37-39.

(Vigilia de Pentecostés)

1.- En la primera lectura del libro del Génesis se nos ha hablado de la Torre de Babel. ¿Qué ocurrió en la Torre de Babel? La gente hablaba una lengua, se entendía, convivía (cf. Gn 11, 1), pero tuvieron una actitud de orgullo diciendo que ellos eran los mejores: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra» (Gn 11, 4).

Y, ¿qué ocurrió entonces? Pues que Dios actuó dispersando al pueblo y confundiendo su lengua: «El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra» (Gn 11, 8-9).

¿Por qué actuó Dios así? Pues porque tuvieron unas actitudes negativas. En primer lugar de confusión: no se entendían, hablaban como si hablaran lenguajes distintos, incluso hablando la misma lengua no se entendían. En segundo lugar de orgullo, queriendo ser lo más. Y, en tercer lugar, porque empezó la división entre ellos y se dispersaron.

Por tanto, de una unidad, Babel pasa a ser dispersión, confusión y división. ¿Sabéis qué hace el diablo? ¿Sabéis lo que significa la palabra diablo? El diablo, el maligno o el demonio, tiene varios nombres; la palabra diablo quiere decir: el que divide, el que separa. ¿Qué pretende el diablo? Separarnos de Dios y crear división entre las personas. Provoca la enemistad, el odio. Esa es la tarea del diablo. La Torre de Babel es diabólica porque separa.

2.- Hoy estamos celebrando la fiesta de Pentecostés. Y, ¿qué ocurre en Pentecostés? Es la fiesta de los cincuenta días, porque han transcurrido cincuenta días desde la Pascua, desde el día del domingo de resurrección.

En Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo. Y, ¿qué hace el Espíritu Santo? ¿Hace lo mismo que el diablo? Si el diablo divide, separa y pone cizaña, ¿el Espíritu Santo qué hace? Une, hace comunión, trata de que las personas se quieran. Es el efecto contrario a Babel. El Espíritu reúne, produce fraternidad, perdona para que no haya división.

Eso es lo que va a ocurrir esta tarde aquí, en la parroquia de San Isidro. El Espíritu Santo se os va a regalar y va a producir unidad, fraternidad, perdón, amor, paz, amistad... Todo lo contrario de lo que hace el diablo.

3.- Vamos a pedir, por tanto, al Espíritu que produzca esos bienes, esos frutos y que nos dé sus dones para vivir en comunión con Dios y entre nosotros.

Además, ese Espíritu que vais a recibir, ¿qué más hace dentro de cada uno de nosotros? ¿Con qué signos se describe al Espíritu Santo? El día de Pentecostés vino el Espíritu Santo y hubo dos signos: uno, un viento huracanado, y el otro, las lenguas de fuego.

El viento expresa la fuerza del Espíritu que cambia, transforma. El viento tiene mucha fuerza; cuando va incontrolado y a mucha velocidad puede arrasar casas, pero si está encauzado puede producir energía. Los molinos de vientos producen energía, y esas aspas, que veis por las cimas de algunas montañas de Málaga, producen energía eléctrica. El Espíritu es una fuerza que produce obras buenas.

4.- Y, ¿qué hace el fuego? El fuego quema. ¿Qué tiene que quemar el fuego en nosotros? Tiene que quemar lo que no vale. Si pusierais al fuego oro, plata, hierro, madera y paja, ¿qué les ocurriría a esos materiales? El oro al ponerse al fuego se derrite, se licúa, se hace como si fuera agua y pierde la ganga, pierde lo que no vale. El oro queda purificado con el fuego, porque purificar significa pasar por fuego.

¿Qué le ocurriría a la plata? Lo mismo que al oro. Se licuaría y se purificaría. Pero, ¿qué le ocurriría a la madera y a la paja? Se queman y desaparecen.

A ver, vuestro corazón, ¿de qué está hecho: de oro, de plata o de paja? (Responden los confirmandos: “de oro”) ¿Qué significa un corazón de oro? Un corazón de oro es un corazón que ama, que perdona, que trabaja por la paz, que hace comunión. El Señor quiere esta tarde transformar vuestro corazón y hacerlo más limpio, más hermoso.

Y, ¿qué quiere decir un corazón de paja? Pues que nos sirve más que para ser quemado y desaparecer.

5.- ¿Qué queréis que haga esta tarde el Espíritu: que os purifique vuestro corazón de oro o que haga desaparecer vuestro corazón de paja? (Responden los confirmandos: “que nos purifique”).

Pues eso es lo que vamos a pedir. Vamos a pedir al Espíritu que venga como un viento fuerte que nos dé energía, y como un fuego que nos purifique, que nos haga mejores.

Quiero que, después de imponeros las manos y haceros la unción en la frente, salgáis del templo mejores de lo que habéis entrado. Si, a partir de cuando finalice esta celebración, no hacéis obras buenas de amor, es que tenéis un corazón de paja. Pero si hacéis obras buenas es que tenéis un corazón de oro. Esa va a ser la prueba, el examen es ese.

6.- Hay un poeta nuestro, San Juan de la Cruz, que escribió una poesía que decía: “Al final de tu vida te examinarán del amor”. El último examen de nuestra vida va a ser sobre el amor: ¿has amado? ¿Has perdonado? ¿Has puesto paz? ¿Has ayudado al otro? De eso nos van a examinar. No te examinarán ni de matemáticas, ni de inglés, ni de otras cosas, te examinarán de amor.

Así que vamos a pedir al Espíritu que nos dé un corazón de amor para pasar el último examen, el más importante. Y este examen nos lo hace también todos los días el Señor.

Le pedimos, pues, a la Virgen, que nos ayude, que interceda por todos nosotros, sobre todo, por los que vais a recibir el don del Espíritu Santo.

Y también pedimos la intercesión de San Isidro, que tanta devoción tiene en Periana, que fue un cristiano que tuvo un corazón de oro, no de paja ni de trigo. Que así sea.

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