La procesión discurrió por el recorrido tradicional de Semana Santa.  Formaron la comitiva todos los estandartes de los Sagrados Titulares de la Hermandad Sacramental y Penitencial de Monda, al igual que el estandarte y una representación de la Hermandad de San Roque, Patrón de Monda. El acompañamiento musical lo puso la Agrupación Musical de Monda. Al llegar a la Plaza de la Ermita siguió hasta la Era-Altar del Calvario para la celebración de la Solemne Misa Estacional, «en un entorno inigualable y esencial para la Fe del Mondeño cada noche de Jueves Santo», afirman desde esta localidad.

Al finalizar la Eucaristía, se formó de nuevo la comitiva para continuar por las Erillas y calle Estación hasta llegar a la parroquia de Santiago Apóstol.

Para concluir la celebración, la imagen de Cristo Crucificado quedó expuesto en solemne y extraordinario besapies ante el altar mayor de la parroquia.

Antonio, feligrés de la parroquia, explica el acto con estas palabras «cinco horas de celebración que hicieron aflorar muchos sentimientos y expresiones de Fe, desde la alegría del más de medio centenar de niños que encabezaban la procesión con la ofrenda floral, hasta la honda y sentida oración del mayor y el enfermo que al paso del Cristo se les acercaba para que pudieran besarlo. Unos de los momentos cumbres fue la Solemne Misa en el Calvario donde realizamos la profesión de Fe. La eucaristía congrego a cientos de fieles entorno a Jesús Sacramentado, fue oficiada por nuestro querido párroco don José Antonio Melgar que pronunció una sentida homilía avivando nuestra Fe y recordando que el mayor tesoro que poseemos es precisamente la Fe. Finalmente, la parroquia acogió el acto final con la solemne bendición y el posterior besapiés a Cristo Crucificado, un día que ha quedado grabado en el corazón, para que Monda siga viviendo la fe y por la fe en Jesucristo».