Jesús Martínez Zurita: «Creo en la vida eterna porque verdaderamente creo que mis seres queridos que han muerto están disfrutando en el cielo. Lo sé a ciencia cierta. Me lo creo. Es algo de fe porque aquí en la tierra he podido experimentar también esa vida eterna mostrándome el Señor el amor que me tiene con la familia que me ha dado y sosteniéndonos frente a los sufrimientos como las enfermedades de los hijos, el paro…»

Mª Teresa Pérez Sánchez: «Creo en la resurrección de los muertos porque yo he sentido la muerte más profunda: la depresión, el sinsentido, el no saber para qué vivimos… El buscar la felicidad en salir, en estar guapa en las cosas materiales, en buscar un novio… que me han llevado a un vacío grandísimo. En Jesucristo lo he encontrado: he encontrado una vida eterna, una vida mejor y, hoy en día, con mis siete niños, soy muy feliz».

Fuencisla Castilla y Florentino López: «Creemos en la resurrección de la carne y en la vida eterna perdida a causa del pecado, porque Cristo, con su resurrección, nos la devolvió. Y, como Él mismo dijo, se fue para prepararnos sitio junto a Dios. También, por fe, sabemos que la Santísima Virgen, ya está gozando plenamente en cuerpo y alma de esa vida eterna».

María Arias: «Creo en la resurrección porque creo que estamos llamados al encuentro verdadero con quien nos creó y nos ama incondicionalmente. Diariamente veo a personas que, a pesar de su sufrimiento, encuentran en Jesucristo su fuerza y esperanza y son salvadas. Sólo si existe la vida eterna puede hacerse ese milagro».

Fátima Pérez: «Yo creo que ya vivimos resucitados, cada día estamos llamados a ser resurrección y vida; es lo que somos ya, alegría y presencia de Dios Padre y Madre en esta realidad que nos ha tocado vivir. No sé lo que pasará después de morirme, ahora, me hace feliz reconocer cada día la Buena Noticia en todos, todo y en el misma».