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«Hoy el calendario litúrgico católico ofrece también la posibilidad de profundizar en la figura de una religiosa francesa carmelita que vivió en el siglo XIX: Teresa de Lisieux. La Iglesia Católica la reconoce como doctora por la profundidad de sus enseñanzas. Su manera de entender la fe evidencia que creer en Dios es algo sublime y sencillo; cotidiano y extraordinario. Sus enseñanzas mantienen plena actualidad en el siglo XXI.

Se da la paradoja de que, aunque murió con 24 años, vivió intensamente la fe hasta el punto de ser modelo de vida de creyente. Especialmente para aquel que le resulte custa arriba creer. Su biografía plasmada en "Historia de un alma" es una historia personal que remite continuamente a la presencia de Dios en la vida: conmueve y remueve. Para los tiempos que corren, en sus formas, es un poco naif, hablamos de un texto de una joven francesa del siglo XIX, pero en fondo y temática ofrece una profundidad y espiritualidad sorprendente y de plena vigencia».