¿Se puede ser misionero siendo madre o padre de familia, trabajando y sin salir de la ciudad en que uno vive?

Los misioneros convierten el anuncio del Evangelio en una intervención de ayuda al prójimo, de justicia por los más pobres y superación de su miseria. Cuando cualquiera de nosotros, desde aquí, participamos en esa labor con nuestro compromiso, aportando nuestro trabajo, nuestra ilusión, nuestro apoyo económico, también estamos haciendo misión.

¿Cuál es el lema de la Campaña de este año de Manos Unidas? ¿A qué nos llama?

“No hay Justicia sin Igualdad” que tiene como referencia el Objetivo de Desarrollo del Milenio número 3 (“Fomentar la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer”). Manos Unidas quiere ser una llamada a la conciencia de la sociedad para que colabore en la defensa del desarrollo integral de cada persona y se reconozca la igual dignidad del hombre y la mujer que en su diversidad se complementan. La igual dignidad implica igualdad de derechos. La promoción de la mujer es un objetivo prioritario pues es la principal víctima del hambre, del analfabetismo (dos de cada tres personas que no saben leer son mujeres), del abuso sexual y el comercio internacional de seres humanos, de la discriminación en el acceso a la titularidad de los bienes y el crédito, y además, la mujer es clave en el desarrollo de los pueblos no sólo por su potencialidad individual, también lo es por ser el motor de la familia que es ejemplo de corresponsabilidad, de solidaridad, de amor, en definitiva, de los valores que impregnan una sociedad verdaderamente humana.

¿Por qué ayunar una noche puede ayudarnos a cambiar el mundo?

Es un acto de solidaridad con millones de personas que ayunan ese día por obligación. El viernes anterior al segundo domingo de febrero, que es la Jornada Nacional de Manos Unidas, celebramos en la sede y en algunas parroquias la “cena del hambre”: tomamos pan con aceite y agua y el dinero de nuestra cena habitual lo donamos para algún proyecto. En algunos colegios hacen “la merienda del hambre”. También es un gesto que fortalece nuestro compromiso.

¿Cuáles son los principales proyectos en los que colabora Málaga actualmente?

En cuanto a sensibilización, el lanzamiento de la LIV Campaña, la distribución y presentación del material en las parroquias y colegios, la IV edición del concurso de clipmetrajes “ Diciendo NO a la pobreza” y la puesta en marcha de la campaña www.legadosolidario.org en las que participamos con otras 22 asociaciones. En lo que respecta a proyectos de desarrollo, para el 2013, “Operación Enlace” se ha responsabilizado de 14: 6 en África, 6 en la India y 2 en América. Es ahora cuando los colaboradores se acercan a la sede para elegir uno con el que trabajarán el resto del año. También esperamos poder cofinanciar otro con el Ayuntamiento de Málaga.

¿Cómo se asegura Manos Unidas de que el dinero llega y se emplea bien?

Una de las principales fortalezas de Manos Unidas es su voluntariado: son más de 4600 voluntarios estables en toda España y este número se multiplica con colaboradores puntuales en los momentos de más intensidad de la Campaña. Todos ellos llevan adelante la gestión de la entidad en sus 70 delegaciones junto con 141 profesionales contratados. Esto posibilita que los gastos de administración y estructura sean tan solo del 7,6 % que junto al 1,8% de gasto en promoción y captación de recursos, permite aplicar un 90,6% de los ingresos a los fines de Manos Unidas. Las cuentas de la Organización están sometidas anualmente a Auditorías externas y tiene el reconocimiento de la Fundación Lealtad que analiza la transparencia de las ONG. En el terreno trabajamos con socios locales de toda confianza ¡con algunos desde hace 30 años! Y los nuevos que se incorporan siempre tienen referencias. Las solicitudes de proyectos se estudian y analizan al detalle y los que se aprueban se desarrollan en comunicación directa con los destinatarios y los responsables. El área de Proyectos de los Servicios Centrales lleva a cabo el seguimiento y la correspondiente evaluación una vez finalizado.

¿Hay crisis de solidaridad o está más despierta que nunca?

La solidaridad a través de los fondos que las administraciones públicas dedican a la cooperación al desarrollo ha disminuido radicalmente, pero no creo que ese sea el reflejo de la actitud de la sociedad. Estamos viendo que en esta situación de crisis la gente responde muy generosamente a las iniciativas por ejemplo de recogida de alimentos en supermercados, operación kilo de los colegios… Sí que es cierto que es más difícil conmoverse con la pobreza que no nos toca de cerca, la que no aparece en los medios de comunicación, por eso tenemos que seguir trabajando, aún con más fuerza, en ser la voz de los que no vemos, la de los pobres entre los pobres.