El programa enfoca el tema navideño bajo tres puntos de vista, ligados al arte y al peso de la tradición. El primero de ellos recoge el acontecimiento del nacimiento de Cristo al son de la gran música culta: Britten, al modo gregoriano, inicia la Procession; Rutter-Haendel recogen un canto tradicional alemán y lo convierten en brillante himno de alegría (Joy to the World); Bach, transforma la alegría desbordante (Freude über Freude) del natalicio divino en quietud esperanzada bajo forma de coral; Berlioz hace del pretexto pastoril (L’adieu des bergers) una gran música galante y Saint-Saëns cierra su propio oratorio con un himno triunfal (Tollite hostias), con el que también concluye esta primera parte. 

El segundo grupo estructural del programa enfoca la imagen de la Virgen madre en la época medieval y en su pervivencia en los siglos posteriores, incluido el XX, en los que, a pesar del progreso musical, se tiene el gusto por componer al modo antiguo. Michel McGlynn escoge el texto medieval «Mariam matrem virginem natura mirante, ave peccatorum miserere» (La naturaleza se maravilla de María, la madre virgen. Salve, apiádate de los pecadores). Un anónimo del XVI (Verbum caro) recogido en el Cancionero de Uppsala, presenta a la madre dialogando con su hijo infante. Joan Maria Thomas adopta el texto apocalíptico Et luna sub pedibus ejus (con la luna bajo sus pies) para componer «in modo archaico». David Willcocks elige una pieza medieval (God rest you merry, gentleman) y otra del XVIII (Adeste fideles) para ofrecernos su esplendorosa y original versión moderna. 

Las piezas seleccionadas para la tercera parte resumen los cantos y fiestas de la cristiandad europea en estas fiestas navideñas. 

Se empieza oyendo una popular nana andaluza (Fuentecilla que corres) en versión de Eduardo Cifre y se termina con el Cántico de Simeón, guajira de Dénsil Pérez Zagarra, en versión coral y orquestal de Q. Calle Carabias. Entre ambas, el programa nos pide un candil para ver lo que pasa en el portal (Un flambeau, Jeannette, Isabelle); nos mete En [el misterio de] Belén, obra original de Calle Carabias sobre texto de A. Gómez Yebra; y nos pide silencio mientras mecen al Niño (Rocking). 

Fuera de programa, el concierto se cierra en Noche de paz, inmortal obra de Franz Gruber (1818), con cuya versión especial 2012 el director del SPCM quiere felicitar personalmente las Pascuas.