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Ha fallecido el sacerdote D. Juan Martínez Casasús

Publicado: 01/04/2008: 1416

Contaba 96 años de edad y casi 75 de sacerdocio

El miércoles 2 de abril, a las 4 de la tarde, tendrá lugar la Misa de corpore insepulto en la parroquia de Churriana.

Ha llegado al descanso definitivo nuestro hermano D. JUAN MARTÍNEZ CASASÚS, a sus 96 años de edad. Ya vive para siempre con el Señor.

Estábamos ya a las puertas de celebrar con él, entre todos nosotros, sus 75 años de sacerdote, que los haría en el próximo mes de junio.

Vivía desde septiembre de 2005 en la Residencia El Buen Samaritano, siendo allí, como donde quiera que ha estado, un ejemplo de hombre correcto, agradecido, muy educado siempre, muy sencillo y un formidable ejemplo de paz, silencio y serenidad.

Allí ha fallecido hace un rato, y allí está ahora el cadáver.

Este MIÉRCOLES, a las 4 de la tarde, celebraremos la EUCARISTÍA en la iglesia parroquial de CHURRIANA. Presidirá nuestro Obispo D. Antonio.

Don Juan nació el 23 de octubre de 1911 en Sos del Rey Católico (Zaragoza). Siendo miembro de una congregación religiosa trabajó como sacerdote largos años en Latinoamérica. Finalmente vino a Málaga, por haber conocido a nuestro D. Alberto Planas.

En nuestra diócesis fue primero, de 1990 a 1992, Capellán del Hospital Civil. Luego jubilado colaborador de la parroquia de San Juan, de 1992 a 1995, hasta que ya físicamente le era imposible.

Su vivienda fue en la Residencia Sacerdotal de c/ Salinas hasta septiembre de 2005. Y desde entonces, ya necesitando cuidados especiales, en la Residencia del Buen Samaritano, de Cáritas Diocesana, en Churriana.

A ambos lugares, y al personal que tan cariñosamente le ha atendido y cuidado, agradecemos su ayuda y su atención constante.

Y un dato especial y significativo de hombre bueno: de su tiempo y trabajo en Colombia le había quedado una pensión de allí. Nunca la cobró para él, mensualmente la pasaba a una residencia de niños huérfanos de aquel país.

Un hermano sencillo, bueno, callado, silencioso, austero y generoso... Un hombre de Dios, un sacerdote que sabía darse. Y que se ha dado.

Agradecemos al Señor su vida. Y le agradecemos a Don Juan su acogida a la gracia del Señor y su aportación humilde pero cierta al don de Dios que recibía.

Autor: Vicaría del Clero

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