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Cáritas, generadora de esperanza

Cáritas ha presentado su nueva memoria · Autor: S. FENOSA
Publicado: 18/06/2014: 11884

Como cada año en la Solemnidad del Corpus Christi, día grande de la Eucaristía, del amor infinito de Dios a los hombres, la Iglesia celebra el Día de la Caridad. Por ello, Cáritas Diocesana de Málaga se une a esta fiesta de fe a través de su campaña “Construyendo espacios de esperanza”.

En el marco de la campaña institucional “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”, Cáritas centra su mensaje en la esperanza: Viviendo con sencillez y estando preocupados por el bien común, se abren caminos de esperanza hacia un nuevo modelo económico y social donde las personas son lo primero, donde lo comunitario se convierte en la única vía de humanización y esperanza.

En medio de una sociedad asfixiada por la crisis, el desempleo y el desánimo para buscar nuevos caminos, Cáritas desde su acción, su denuncia y su compromiso con las personas más vulnerables de nuestra sociedad, anuncia a través de su propia experiencia la necesidad de abrir vías, caminos a la esperanza como un horizonte abierto al cambio que tiene su raíz en el corazón y en el comportamiento de cada persona.

Estamos en un tiempo donde es necesario hacer nuevas todas las cosas, de generar esperanza desde cada espacio, desde cada persona, desde cada gesto o acción, por insignificante o pequeño que sea. Por tanto, esta nueva campaña se presenta como una invitación para que personas, grupos y comunidades construyan espacios de vida, de justicia y de fraternidad, para restaurar los derechos de las personas más pobres y vulnerables.

La Doctrina Social de la Iglesia nos sitúa en clave de urgencia ante el actual contexto social: «La igual dignidad de la persona exige que se llegue a una situación social más humana y más justa. Resulta escandaloso el hecho de las excesivas desigualdades económicas y sociales que se dan entre los miembros y los pueblos de una misma familia humana. Son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional» (Gaudium et spes 29).

LLAMADOS A CONTAGIAR ESPERANZA

Desde Cáritas, desde la comunidad cristiana, tenemos la convicción de que «quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin la gran esperanza del ser humano, esa esperanza que resiste a pesar de todas las desilusiones y contrariedades, esa esperanza que es el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando hasta el extremo. Quien ha sido tocado por el amor de Dios empieza a intuir lo que quiere decir la palabra esperanza» (Spe salvi 27).

La esperanza cristiana no es individualista que nos encierra en nosotros mismos, sino comunitaria porque el amor que experimentamos y que nos hace estar profundamente unidos a Jesús de Nazaret, nos compromete a favor de los demás, nos hace sentirnos responsables del otro, nuestro prójimo y hermano. Nos lanza a actuar como Jesús, a despertar esperanza entre la gente sencilla, humilde y pobre haciendo así realidad otro mundo posible, el Reino de Dios.

VIVAMOS CON SENCILLEZ Y CONSTRUYAMOS ESPACIOS DE ESPERANZA

Desde Cáritas anunciamos que hay otra manera de entender la economía y la sociedad basada en la prioridad de lo comunitario, en la preocupación por el bien común. Transitar por los caminos de una vida más sencilla nos conecta con lo comunitario, con el encontrar lo común, lo que nos une al otro que, como nosotros, también hace camino.

Invitamos a transitar por estos caminos abiertos de la esperanza, queremos animar a construir y potenciar lo comunitario, porque éste es el único camino de humanización y de esperanza para dar solución a las problemáticas sociales de nuestro mundo.

Construir comunidades, grupos humanos solidarios, donde todos sus miembros están vinculados los unos a los otros, porque sienten que la suerte que pueda correr su prójimo es su misma suerte; lo que a él le ocurre, a mí me ocurre. Una comunidad, un grupo humano, que vive y convive así, será una comunidad de esperanza, contagiadora de esperanza.

Frente al individualismo creciente, al anonimato en los barrios, a la indiferencia ante la realidad del otro, Cáritas llama a ser en común, a ser con otros, importándonos aquello que debe ser de todos, porque nada de lo humano nos es indiferente, porque somos todos responsables de todos. (Sollicitudo rei socialis 26).

Estamos llamados a vivir estos espacios comunitarios en la familia, la vecindad, los grupos de pertenencia, las comunidades donde celebramos y vivimos nuestra fe, como auténticas zonas liberadas, espacios de dignificación, lugares donde las personas son capaces de vivir y convivir juntas movidas por unos valores alternativos que van a contracorriente de la sociedad, lugares privilegiados y proféticos donde hoy se está haciendo posible otro mundo mejor.

 

Cáritas Diocesana

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