DiócesisComentario al Evangelio

Comentario en texto al Evangelio de Pilar Gallardo Quero

Publicado: 28/03/2025: 235

La profesora de los Centros Teológicos Pilar Gallardo Quero invita a profundizar en el Evangelio de este IV Domingo de Cuaresma, Domingo Laetare.

La parábola del hijo pródigo es una de las más famosas y sugerentes. En ella vemos un hijo desagradecido que abandona a su padre y malgasta su herencia, y un hijo mayor que no es capaz de alegrase por la vuelta de su hermano, desentendiéndose de sus vínculos («ese hijo tuyo») y de su historia (no sabe qué ha hecho, pero lo juzga: «ha malgastado tus bienes con malas mujeres»). Quizá sea más fácil conectar con sus sentimientos, ¿acaso tendría que entrar en el banquete a disgusto? ¿Cómo alegrarse si se siente desplazado, si ni siquiera está seguro de su “conversión”?

Si nos limitamos a la enseñanza moral, jamás entenderemos los criterios de Dios, pero si hacemos una lectura orante, nos daremos cuenta de que no sabemos cuál de los dos se había alejado más: si aquél que se marchó para buscar felicidad y sentido en otra parte, o aquél que se quedó “visiblemente”, pero que nunca estuvo cerca de Él. Se sentía siervo cumplidor, pero no hijo amado, y por eso no era capaz de amar a su hermano. Hoy, podemos ser cualquiera de los dos hijos, puede que nos sintamos alejados de la casa del Padre, de su Iglesia, o puede que estemos en ella sin compartir los sentimientos de Cristo, pero aquí el verdadero protagonista es ese “Padre misericordioso”, que «nos ve cuando todavía estamos lejos, al que se le conmueven las entrañas y echa a correr hacia nosotros». A todos nos invita a alegrarnos en este Domingo Laetare, y no hay otra forma: o reconocemos que todos estamos lejos y nos dejamos «cubrir de besos» por Dios, o jamás entraremos en el banquete.

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