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Viernes de Dolores, con María y sus siete puñales

Ntra. Sra. de los Dolores del Puerto de la Torre · Autor: LM Fotos Cofrades
Publicado: 27/03/2025: 642

El viernes antes del domingo de Ramos, se celebra el popular Viernes de Dolores. ¿Pero de qué dolores hablamos?

La piedad cristiana –nos recordaba el papa Francisco– habla de siete. El primero, sólo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón que habla de una espada que traspasará su corazón. El segundo se refiere a  la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo. El tercero, esos tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo. El cuarto, cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario. El quinto es la muerte de Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo... El sexto, el descenso de Jesús de la cruz; y el séptimo es el entierro de Jesús. Un día, por tanto, para acordarnos de una madre como María que, con tanto dolor, nos ha dado a luz a todos.

En la parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores del Puerto de la Torre, en la capital, se celebrará ese día una Misa, a las 11.00 horas y, a las 20.30, será la procesión de la titular de la parroquia  y del Cristo de Hermandad y Caridad.

A LA VIRGEN DE LOS DOLORES. DEL VIA CRUCIS DE GERARDO DIEGO

Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.

Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.

Qué lejos, Madre, la cuna
y tus gozos de Belén:
- No, mi Niño. No, no hay quien
de mis brazos te desuna.
Y rayos tibios de luna
entre las pajas de miel
le acariciaban la piel
sin despertarle. Qué larga
es la distancia y qué amarga
de Jesús muerto a Emmanuel.

¿Dónde está ya el mediodía
luminoso en que Gabriel
desde el marco del dintel
te saludó: -Ave, María?
Virgen ya de la agonía,
tu Hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte Calvario,
cítame en Getsemaní.

A ti, doncella graciosa,
hoy maestra de dolores,
playa de los pecadores,
nido en que el alma reposa.
A ti, ofrezco, pulcra rosa,
las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería
cumplir mi humilde promesa.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María.

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