DiócesisComentario al Evangelio Comentario en texto al Evangelio de la Hna. Mariví Sánchez Urrutia Foto de Jan van der Wolf Publicado: 09/01/2025: 60 La Hna. Mariví Sánchez Urrutia, de la Congregación de Dominicas de La Anunciata, ayuda a profundizar en el Evangelio de hoy. Es interesante recordar, dentro del Capítulo 6 de Marcos, lo que acontece en los versículos anteriores. Jesús va hacia Nazaret y le siguen sus discípulos, sus paisanos no son receptivos a sus enseñanzas, Jesús les recrimina por su falta de fe y continua su misión por los alrededores. Jesús reúne a los Doce y les envía de dos en dos a una misión. En este período el evangelista relata la muerte de Juan el Bautista. Cuando los apóstoles se reúnen de nuevo con Jesús, tiene lugar el milagro de la multiplicación de los panes e inmediatamente después (Mc 6, 45 y ss.) siguen los versículos que motivan nuestra reflexión. Después de la multiplicación de los panes y de los peces, Jesús, apremia a sus discípulos para que desaparezcan de allí, suban a la barca y se dirijan a Betsaida. ¿por qué esta prisa? ¿Los ve aturdidos por lo que acaban de presenciar y necesitan sosiego para procesar lo que acaba de suceder? O ¿más bien no acaban de ver ni entender a ese Jesús que camina con ellos, que es su Maestro, que es un líder al que merece la pena seguir pero del que algunas actuaciones suyas les desconciertan? O ¿más bien Jesús muestra para con ellos la faceta más humana, y después de una jornada con la multitud les siente cansados y les invita descansar? A Jesús también le conviene ese descanso, poco a poco va despidiendo a la multitud, se queda solo y se retira al monte a orar. Nos detenemos aquí y tomamos conciencia de la importancia que tiene también para nosotros, este retiro de Jesús para orar, la importancia para nuestra vida saber procurarnos espacios de oración, de encuentro con el Padre. Esta reflexión es una invitación a hacerlo. Encontrar espacio, hacer silencio para escuchar, responder o simplemente estar en Su Presencia. En la oración, Jesús ve la situación frágil por la que atraviesan sus discípulos, la fatiga, el viento contrario, las dificultad que encuentran al avanzar, quizá la confusión interior por todo lo vivido y Jesús va a su encuentro. Los discípulos no le reconocen y tienen miedo. Es Jesús el que se identifica con unas palabras de ánimo. “Animo, soy yo” que recuerdan las que Yahvé dirige a Moisés en Ex 3,14 Marcos desarrolla un hecho, sin duda extraordinario, como es Jesús caminando sobre las aguas, para construir una catequesis dirigida a la comunidad, formada por paganos y judíos, de ahí la referencia al “YO SOY” del AT que ratifica a Jesús como el Mesías esperado, pero al mismo tiempo, la presencia de Jesús andando sobre las aguas supone una manifestación del poder de Dios. Jesús es el Mesías esperado y al mismo tiempo es el Hijo de Dios. Estos relatos cargados de simbología, durante siglos se ha aplicado también a la Iglesia, la Nave de Pedro, sometida al oleaje del mar, a los vaivenes de este mundo, pero que cuenta siempre con la presencia de Jesús en la barca. Si esta reflexión la llevamos a nuestra vida, ¿podríamos identificarnos con la actitud de los discípulos? Ante las dificultades puede que el miedo no nos deje avanzar, puede que pase Jesús a nuestro lado, por nuestra vida queriendo ayudarnos y no le reconozcamos, porque la ayuda o las palabras de ánimo vengan con otra voz u otro rostro distinto al que yo me había imaginado, una persona voluntaria, un vecino, un compañero o compañera de trabajo, a través de una inspiración en momentos de oración … ¿le reconoceremos? ¿le hemos reconocido ya? Señor, no permitas que te deje pasar de largo por mi vida. Que en medio de la dificultad resuene en mí siempre Tu Palabra “Animo, soy Yo, no tengas miedo”. Hna. Mariví Sánchez Urrutia Congregación de Dominicas de La Anunciata Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Comentario al Evangelio Comentario en texto al Evangelio del periodista Antonio Moreno Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir