DiócesisHomilías Nochebuena 2024 (Catedral-Málaga) Publicado: 24/12/2024: 258 Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Misa de Nochebuena celebrada en la Catedral de Málaga. NOCHEBUENA (Catedral-Málaga, 24 diciembre 2024) Lecturas: Is 9, 1-3.5-6; Sal 95, 1-3.11-13; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14. Nacido para rescatar la humanidad 1.- De las tinieblas a la Luz El profeta Isaías nos anima a contemplar al Hijo de Dios, Luz de luz, que viene a iluminar a quienes viven en medio de las tinieblas: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló» (Is 9, 1). El pueblo creyente es capaz de contemplar la Luz de Cristo en medio de sus oscuridades; sabe mirar, discernir y contemplar la presencia salvadora de Dios, que envía a su Hijo para rescatar la humanidad. ¡Hemos sido rescatados, queridos hermanos! Esta Noche Santa nos invita a cantar alegres con el Salmo: «Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra» (Sal 95, 1) por las maravillas que ofrece a todas las (cf. Sal 95, 3). ¡Alegrémonos, hermanos, por la presencia iluminadora de Jesús en medio de los hombres! Todo ser humano y, de modo especial, todo cristiano, es invitado en cada época histórica a contemplar la Luz de Cristo, que ilumina a todas las gentes. Vivimos en una sociedad compleja, multicultural y plurirreligiosa, que se va deslingando del verdadero Dios para adorar dioses falsos, que no dan vida y no llenan el corazón del ser humano. Esta secularización va lentamente oscureciendo nuestros ojos y sobre todo nuestro corazón, y nos impide ver la Luz divina que nos ilumina, la Luz de Cristo. Pero Jesús, nacido en Belén y ofrecido en oblación en la cruz, viene a iluminar nuestra vida cotidiana con su resurrección. Jesús sigue caminando con nosotros, asumiendo nuestra naturaleza y perdonando nuestro pecado. Jesús nos llena de esperanza, nos abre los ojos a la fe, la esperanza y el amor, y nos libera del mal. Esta Noche Santa nos anima a buscar y a encontrar a Dios, que vive en medio de nosotros; nos invita a ser luz y fermento en los lugares donde vivimos; a ser presencia del Dios vivo, que ha venido a quedarse con nosotros. 2.- Hoy nos ha nacido un Salvador Según el texto evangélico el ángel que anuncia a los pastores el Nacimiento de Jesús les recomienda que no teman: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo» (Lc 2, 10). La gran noticia es que «hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor» (Lc 2, 11). No nace cualquier persona humana; nace, nada más ni nada menos, que el Hijo de Dios, el Príncipe de la Paz que «lleva a hombros el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz» (Is 9, 5). Este Niño recién nacido nos trae la salvación; nos ofrece participar de su vida divina, nos rescata de toda iniquidad; nos invita a llevar una vida digna, sobria, justa y piadosa; a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos (cf. Tt 2, 12); nos invita a vivir religiosamente. Este Niño viene para redimir a la humanidad. Como Salvador y Mesías ofrece la salvación a todos; y como Señor, recibe los poderes de la divinidad, porque el título de «Señor» se reserva sólo a Dios, a quien solo debemos servir y adorar; y hoy adoraremos al Niño-Dios, bajo la imagen de un recién nacido. 3.- Para rescatar la humanidad San Pablo nos dice en su carta a Tito por qué el Hijo de Dios nació en el tiempo, como hemos escuchado en la narración de su historia; no es una invención humana. Pablo nos dice también cuál era la misión que el Padre le había encomendado. Jesús «se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras» (Tt 2, 14); no a obras de iniquidad y tinieblas, sino a obras de la luz. El Hijo de Dios nació para rescatar la humanidad, que estaba presa por el pecado de Adán; para erradicar del corazón del hombre la esclavitud antigua del pecado y restituirle su dignidad, que había perdido. Del corazón humano, como dice Jesús en el Evangelio (cf. Mc 7, 21-23), salen los pensamientos perversos y todo tipo de maldades (homicidios, robos, adulterios, codicias, difamación), que hacen al hombre impuro. Rescatar significa sacar de una condición de esclavitud y devolver la libertad; retomar la dignidad propia de los hijos. Como dice el papa Francisco: “La esclavitud a la que se refiere el apóstol es la de la “ley”, entendida como un conjunto de preceptos a observar, una ley que ciertamente educa al hombre, que es pedagógica, pero que no lo libera de su condición de pecador, sino que, en cierto modo, lo “sujeta” a esta condición, impidiéndole alcanzar la libertad de hijo” (Homilía en las primeras Vísperas de la Maternidad de María y Te Deum. Vaticano, 31.12.2018). Cristo, al rescatarnos, nos hace hijos de Dios. Jesús, nacido humilde y pobremente en un pesebre, por no tener sitio en la posada (cf. Lc 2, 7) nos enseña con su ejemplo. También en nuestras ciudades hay personas que se encuentran en situación de pobreza y necesidad, como tantas personas sin hogar, los migrantes, los desposeídos, los rechazados por la sociedad. Todos ellos son hijos de Dios como nosotros, que padecen diversas formas de esclavitud y están al borde de perder su dignidad humana. El Señor, en esta Noche Santa de Navidad, nos pide que no seamos indiferentes ante estos hermanos nuestros; ellos también son amados por Dios y deben ser amados por nosotros. Esta tarde el Papa ha abierto en la Basílica Vaticana la Puerta Santa para iniciar el Año Jubilar 2025; en próximos días abrirá otras puertas santas en las basílicas mayores; y también lo hará en un centro penitenciario. Nosotros, siguiendo el mandato de la Santa Sede, iniciaremos el Año Santo Jubilar en la Catedral el próximo domingo, día 29 de diciembre. ¡Aprovechemos este tiempo de gracia que el Señor nos regala! La convocación de este Jubileo es el 2025 Aniversario del Nacimiento de Jesús en Belén. Pedimos a la Santísima Virgen María su maternal intercesión para saber contemplar al Luz de Dios en medio de nuestras oscuridades, sentirnos amados y redimidos; y acoger al Niño nacido en Belén en nuestros hermanos más necesitados. Amén. Más artículos de: Homilías Sagrada Familia de Nazaret. Jornada por la Familia y por la Vida (Catedral-Málaga)Navidad 2024 (Catedral-Málaga) Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir