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Esther Navarro: «En la misión, María es quien lo hace todo»

Esther, ante la imagen de la Virgen de Caacupé que se venera en la parroquia de San Juan en Málaga
Publicado: 13/12/2019: 17467

Misionera de la Esperanza en Luque (Paraguay) desde hace 20 años, Esther Navarro (Málaga, 1968) viaja cada cierto tiempo a Corrientes, una ciudad del norte argentino, para acompañar también allí a una comunidad de jóvenes y niños de MIES

¿Cómo es el tiempo de Adviento en Paraguay?
Hay una cosa muy bonita que se llama Navidad en Familia. Es una propuesta de la Conferencia Episcopal que se intenta hacer en todas las diócesis.  Con un librito guía, distinto cada año, se van reuniendo los vecinos para  compartir la Palabra. Cada día se hace en una casa. La familia encargada invita a sus vecinos y delante del pesebre, si ya está montado, o de un altarcito,  se hace la celebración. Cuando se termina la oración, se comparten unas galletitas, un zumo o unos caramelos. Es  una novena de Navidad con nueve encuentros familiares y fraternos que nos ayudan a prepararnos para vivir mejor la Navidad. Terminan con un pesebre viviente preparado por los niños. Muy entrañable.

¿Como cambia vivir la Navidad aquí o allí?
Vivir allá las navidades me ha ayudado a centrarme en lo fundamental. Siempre las he podido pasar en el calor de alguna familia amiga y con la Misa de Nochebuena. Vivirlas en verano, con miles de bombitas (petardos) a las doce de la noche, sin mantecados ni turrones pero sí con otras lindas costumbres, me ayuda a centrarme en lo fundamental: la loca locura de amor de Dios haciéndose hombre como nosotros, la ternura sin limites de Dios encarnándose.

¿Y la fiesta de la Inmaculada, como la celebran?
Es el Día de la Virgen de Caacupé, la patrona del país, muy querida por todos los paraguayos. También nos preparamos para la fiesta con una novena que se hace en la Basílica de Caacupé pero que se sigue por televisión, radio y prensa. Durante los días de la novena, el día de la fiesta, e incluso los días posteriores, van llegando junto a María miles de peregrinos, en diferentes horas del día y de la noche. Muchísimos lo hacen caminando. Hay mucha devoción mariana, mucho cariño a María, a mamá María, a mamita María, así se la llama.

María forma parte importantísima de la espiritualidad de los Misioneros de la Esperanza. ¿Qué importancia tiene María en tu labor misionera?
Para mí también es mi mamá querida, la que me lleva de la mano. A veces delante, a veces detrás, otras al lado, otras no me doy cuenta, siempre va conmigo. Ella es quien en realidad lo hace todo. A la semana de llegar al Paraguay, a los pies de una imagen de la Esperanza Macarena, me di cuenta de que nada podría hacer, me quedaba muy grande la misión. Desde entonces es Ella la que hace todo, lo vea o no lo vea.

Adviento es tiempo de esperanza. ¿Qué esperanzas brotan de la misión en Paraguay? ¿Qué aprendes tu de ellos que nos pueda ayudar a nosotros a vivir esa virtud?
¡Aprender, aprendo tanto! Aprendo de ellos la solidaridad, el compartir generosamente, el vivir al día, la alegría del encuentro con el otro, la fraternidad, disfrutar de los detalles y de todos los momentos, ver a Dios en la naturaleza, etc. Y tu pregunta...Para mí la esperanza es confiar en Dios con certeza de fe, saber por la fe que a pesar de que las cosas vayan en contra, de que todo se hunda, la felicidad está en Dios y Él nos lo dará todo. Sí, esa fe sencilla y confiada, esperanzada, la he visto en mucha gente, sobre todo en la gente más humilde.

Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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