«La principal función de la Delegación es ser cauce de comunicación entre los Institutos de Vida Consagrada y el obispo diocesano. Es decir, es un medio para crear comunión eclesial», afirma el delegado y añade que «además de esta función, el delegado episcopal tiene la encomienda principal de los monasterios de vida contemplativa que dependen del obispo. Es su delegado para todo lo que se refiere a la vida y régimen de estas comunidades presentes en la Diócesis».

Y es que los «consagrados son testimonio vivo de que el encuentro con Dios es posible en todo lugar y época, de que su amor llega a todo rincón de la tierra y del corazón humano, a las periferias geográficas y existenciales. La vida consagrada es la respuesta del encuentro personal con Dios, que se hace envío y anuncio. La vida consagrada es una forma de vida que asume y encarna el encuentro con el amor de Dios y con los hermanos, manifestado en la entrega profética desde cada carisma fundacional», afirma José Manuel Fernández.

Para más información, pueden enviar un e-mail a la dirección siguiente: vidaconsagrada@diocesismalaga.es