DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XI del Tiempo Ordinario

Publicado: 09/06/2016: 1320

El sacerdote Manuel Jiménez, arcipreste de Fuengirola- Torremolinos, nos ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XI del Tiempo Ordinario.

¿Mira que si Cristo hubiera muerto en vano? ¿Mira que si tanto sufrimiento no hubiera valido para nada? ¿Y para qué me sirve a mí que muriera violentamente? Si lo que yo tengo que hacer es ser buena persona. Un cristiano se tiene que significar por los actos buenos que realiza. Por eso, no
entiendo el reproche del Señor a Simón, encima que lo invita a comer a su casa, donde todo es puro, pues él es un fariseo de bien, no como esa mujer que importuna la reunión. ¡Una pecadora! ¡Y Jesús la alaba y le dice que le perdona sus pecados! ¡Acabáramos! El Señor tiene unas cosas...

Seamos sinceros: ¿quién no tiene sentimientos parecidos con pasajes como este o el del hijo pródigo? ¿Por qué nos da coraje que los que no tienen una vivencia cristiana tengan suerte en la vida? Que nos
esforcemos, vayamos a Misa, recemos, cumplamos con una moral y que el Señor no nos recompense como creemos que nos merecemos, se nos antoja, cuanto menos, injusto. El dilema no sólo es nuestro: san Pablo cambió todo su estilo de vida cuando lo descubrió y nos enseña cómo hacerlo. Lo que nos salva no son nuestros méritos, sino la fe en Jesucristo. Si creemos en Él y en la eficacia redentora de su Pasión, no nos importará que nuestros esfuerzos no sean recompensados con los premios de este mundo, sino que comprenderemos que simplemente actuamos así porque nos sale de forma espontánea como seguidores del Señor.

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