DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo V de Pascua

Publicado: 21/04/2016: 964

La Misionera de la Esperanza Juli Gavira ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo V de Pascua.

Morir para dar fruto

«Cuando hubo salido Judas del cenáculo, dice Jesús: Ha llegado mi hora, la de ser glorificado». Pero bueno, ¡qué barbaridad! De manera que, ahora que empieza el drama, dices que esta es tu hora, ¡la del éxito! Es como cuando nosotros decimos: “Ahora me toca a mí”, “ha llegado mi hora” o “ahora voy a tener la sartén por el mango”… Para mí, este es el punto de máxima incomprensión, pero de máxima esperanza, del Evangelio.

Están cenando, y va a dar comienzo la tragedia. Nadie lo sabe, pero, a lo que va Judas, no es a hacer un recado comunitario, sino que, lleno de frustración ante aquel mesías que para nada cumple sus expectativas, va a denunciarlo ante las autoridades que le tienen tantas ganas y que no perderán el tiempo en echarle mano. Es más, esa misma noche.

Y ahí, en esa situación, ¿Qué sentía Jesús? ¿Qué le urge decirnos? Pues dos cosas muy importantes para Él como son las últimas palabras de alguien a quien la muerte le pisa los talones y no tiene tiempo que perder, ni saliva que gastar: Amigos, éste es mi momento, ésta es la hora de la glorificación. No os asustéis por ver cómo me destruyen, porque de ahí, justo de ahí, va a salir la Vida. ¿No os acordáis de cuando os hablaba de que el grano de trigo tenía que morir para dar fruto? Pues ni que ver con el que puede surgir del Hijo del Hombre que se deja aniquilar voluntariamente.

«Amaos unos a otros», con vuestras diferencias, por encima de todo, amaos. Ese ser

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