NoticiaParroquias Tres monedas para el Cristo de Medinaceli Publicado: 04/03/2016: 13452 La iglesia del Santo Cristo de la Salud acogió cerca de 70.000 fieles para venerar al Jesús de Medinaceli. Como cada primer viernes de marzo, muchos malagueños que acudieron desde primera hora de la mañana, a la iglesia del Santo Cristo de la Salud para entregar tres monedas a los pies del Jesús de Medinaceli. Francisco Aranda, párroco de Santiago, fue el encargado de oficiar la misa que se celebró a las ocho de la mañana. El templo permanececió abierto durante toda la jornada hasta las 23.00 horas ininterrumpidamente. La imagen del S. XVIII fue trasladada el pasado mes de enero a esta parroquia a causa de las obras que se están realizando en su sede habitual, la parroquia de Santiago. Más de 50 fieles de diferentes edades y condiciones aguardaban pacientes en las calles malagueñas desde primera hora de la madrugada para cumplir con esta tradición y venerar la imagen del Cristo de Medina Celi. Una escena que se repite cada año cuando llega este día. «Haga frío, haga calor o llueva, no faltamos a este encuentro», aseguraba un devoto. «Hay que tener fe. La fe lo es todo. Todos los días me levanto y le doy gracias a Dios por un nuevo día. Dios es muy grande y con esa ilusión vivo. Nuestro padre está arriba y mira por nosotros», decía una devota mientras esperaba para entrar al templo de la Calle Compañía. Los feligreses de la parroquia de Santiago han servido voluntariamente de refuerzo en la organización de las colas que se prolongaban hasta calle Larios. «Colaboramos en todo lo que la parroquia necesita. Ayudamos en la preparación del culto y en la organización de un día tan importante como hoy, en el que se van a congregar en torno a 50.000 personas», asegura Isidoro Rodríguez, feligrés de Santiago. A pesar de este apoyo, se ha vivido un momento de confusión y desorden a primera hora de la mañana a causa de la celebración de la misa cotidiana. En el interior de la iglesia, la imagen del Cristo de Medinaceli iluminaba el altar decorado con flores y velas de tono escarlata. Entre multitud de devotos, se podían percibir las incesantes plegarias y el sonido de las monedas al caer. Los allí congregados también han querido depositar a los pies del Cristo papeles con sus anhelos más ansiados. La devoción hacia el Cristo de Medinaceli se remonta al S.XVII cuando los musulmanes apresaron, como si se tratase de un ser vivo, al Cristo de Jesús de Medinacelli en una de las colonias españolas del norte de África. A cambio de su rescate, se debería pagar su peso en monedas que se equilibró en las treinta unidades. De ahí procede la tradición de las tres monedas del mismo valor que se depositan ante la imagen y por las que se hace una petición por cada una de ellas. Lucía Valencia