DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo III de Cuaresma

Publicado: 26/02/2016: 1432

El sacerdote José Javier García Pascual, párroco de Mollina y Humilladero, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo III de Cuaresma.

Abrirse a los planes de Dios

«Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero. Toma mi vida, hazla de nuevo; yo quiero ser un vaso nuevo». Es parte de ese canto tan conocido por todos, que expresa muy bien lo   es la conversión. Queremos ser como el barro que se deja modelar por las manos del alfarero. En mitad de la Cuaresma, el Señor nos anima un día más a dejarnos cambiar desde dentro, y a colaborar en ese cambio para que nuestra vida dé frutos de santidad.

Jesús, en el Evangelio que hoy se proclama en la Misa, nos dice que espera esos frutos, con paciencia. Dios nunca pierde la esperanza en nosotros y en las posibilidades que tenemos si nos abrimos a su gracia. Es paciente, y a la vez exigente en la espera de esos frutos, que son unión con Él, amor hacia el hermano, obras de justicia, de paz, de perdón, de reconciliación,…

Aquel día, subiendo hacia Jerusalén, Jesús enseñó a la gente una gran lección: a veces miramos a los demás de manera hipócrita, pensando que somos “más santos”, …como si ya no necesitásemos convertirnos. Los que sufren en la vida no lo hacen por ser más pecadores, y nosotros no somos mejores que ellos: todos –todos- estamos necesitados de conversión. Jesús lo deja bien claro. Pero, la gracia entrañable y cercana de Dios puede transformarnos, para que nos abramos a Él y seamos instrumento suyo en este mundo a veces tan egoísta. Que la Cuaresma consiga de nosotros esa apertura a los planes de Dios. ¡Ánimo! ¡Feliz domingo!

Diócesis Málaga

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