DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo II después de Navidad

Publicado: 28/12/2015: 936

El sacerdote Manuel Jiménez Bárcenas, arcipreste de Fuengirola-Torremolinos, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo II después de Navidad.

¿Quién no ha dicho eso de “a su casa viene” al conocer la noticia dichosa de un embarazo? ¿Quién no se ha emocionado con lo de “vuelve a casa, vuelve, por Navidad”? Es el amor hacia esas personas lo que nos hace esperarlos con emoción. 

Por eso, al leer que el Señor «vino a su casa y los suyos no lo recibieron», pienso en qué poco querían aquellos a Dios. ¿Y nosotros? Jesús sigue viniendo a su casa, nosotros somos los suyos, y no lo recibimos. No sólo me refiero a la Encarnación de Jesús en el necesitado al que no echamos cuenta, sino al sentimiento de acogerlo en nuestro corazón para cambiar actitudes que no cuadran con lo que decimos creer y practicar.

¿No será que en el fondo no amamos tanto al Señor como decimos y por eso no festejamos como se debiera su llegada? ¿No será que nos saturamos en estos días de comidas, fiestas, regalos, porque sabemos que no estamos sintiendo un amor suficiente por Jesús que nos haga anhelar su llegada? A Él no le importa. Él sigue viniendo a la suciedad del pesebre que es nuestro corazón. Donde nosotros ni queremos mirar, Él encuentra un lugar confortable para nacer, querernos y alumbrar nuestra oscuridad. Si no apagamos su luz y nos esforzamos en avivarla, el rostro misericordioso del Padre, que contemplamos en Jesús, podrá ser reconocido por los que no han recibido en su casa al Señor porque aún no han comprendido de qué va esto de la Navidad.

Diócesis Málaga

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