Lectura (Lectio)
Después de hacer silencio interior y exterior, me dispongo a leer sin prisas el texto. Me fijo en las preguntas del Maestro: son directas, quieren hacerme pensar, quieren hacerme reflexionar. Me fijo incluso en las palabras duras dirigidas a Pedro. Por último, atiendo a la enseñanza directa sobre la cruz y el seguimiento, con la que Jesús exhorta a todos los discípulos.

Meditación (Meditatio)
Este texto constituye el centro del evangelio de Marcos. Hasta este punto, Jesús ha ido llamando a los discípulos, creando la nueva comunidad que le acompaña. Ha llegado el momento de comprobar si han sido capaces de entender quién es el que los ha convocado. La respuesta de Pedro es correcta, pero necesita una profundización. Para ello, a partir de ahora, Jesús se dirigirá a Jerusalén y este camino estará jalonado por tres anuncios de la Pasión, Muerte y Resurrección, con los que pretende apurar la formación de los discípulos. La reacción abrupta de Pedro muestra que aún les queda mucho que asimilar. Jesús es el Mesías, el enviado por Dios para salvar al mundo, pero no lo hará desde la grandeza, sino desde la entrega de su vida. Por eso el Señor desecha cualquier intento de apartarlo de este camino e invita a todos a asumir la lógica “ilógica” del Evangelio: perder la vida es ganarla, siempre que sea desde la óptica de la buena noticia. Hasta que no se comprenda y comparta esta paradoja, la consigna es el silencio: hay que mantener el secreto mesiánico, porque anunciar a un Mesías que no sufre, muere y resucita, puede ser contraproducente. 

Oración (Oratio)
Las preguntas y exigencias de Jesús en este fragmento evangélico nos pueden llevar a diversos modos de oración: pide a Dios comprender y compartir su lógica, ruégale que te dé fuerzas para vivir desde el Evangelio de ser menos para ser más, dale gracias por su entrega, agradécele todo lo que hizo y hace por ti; dile quién es Él verdaderamente para ti.

Contemplación (Contemplatio)
En este momento de silencio y profundidad, puedes repetir como jaculatoria las palabras de Pedro: «tú eres el Mesías», dejándote inundar por el significado redentor de esta expresión. También puedes usar alguna de las expresiones que hayan brotado en tu oración, convirtiéndolas en una breve letanía.

Compromiso (Actio)
Cargar con la cruz y seguirle, he aquí la respuesta que hoy espera el Señor de ti. Después de todo lo vivido hasta ahora, ¿cómo puedo asumir en mi vida estas enseñanzas?, ¿cuál es mi cruz, y cómo debo cargar con ella en pos de las huellas de Cristo?