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\"In Memoriam\": José Carretero y Francisco García

Publicado: 09/09/2014: 11372

En el espacio de tres días se nos han ido a la casa del Padre dos curas de gran calado. Ambos muy amigos y luchadores por la renovación del mundo y de la Iglesia. Recios militantes del Evangelio de los pobres. Rompedores de muros que dividen y constructores de puentes de fraternidad.

Los dos iniciaron el grupo de renovación catequética en nuestra diócesis denominado “catequesis de la experiencia”. Una catequesis que parte de la vida y lleva  a la vida, iluminándola con el Evangelio. Una catequesis transformadora, renovadora y evangélica, que respondía a las intuiciones del Vaticano II. Los dos fueron buscadores de alternativas a favor de los pobres y marginados.

Pepe  trabajó en pro de los emigrantes desde Tolox  y  en el Apostolado del Mar. Con qué ilusión  le vi el día en que  se inauguraron los   locales para el Apostolado del Mar  en el puerto de Málaga, precisamente en el lugar donde estuvo la llamada Isla de Arriarán,  inmortalizada por Cervantes en El Quijote. Allí se acogía y se ayudaba a los obreros de la marina mercante.  Potenció la creación  de la Escuela de formación bíblica de Torre del Mar con  el destacado biblista  Evaristo Martín Nieto. En Melilla, unido al obispo Buxarrais, trabajó por crear nuevos caminos de entendimiento entre musulmanes, hebreos y marginados. Promovió en la residencia de las Hermanitas de los Pobres de Málaga, donde ha sido capellán en estos últimos años, unos cursos de formación religiosa para los ancianos.

Paco, desde los movimientos apostólicos, ha sido un buscador de caminos nuevos para un cristianismo más encarnado en el mundo. Trabajó con la Juventud Agraria  y Rural Cristiana en Humilladero, logrando la creación de un grupo de jóvenes coherentes, luchadores y comprometidos por la renovación de la sociedad. Aún hoy  siguen inmersos en tareas humanizadoras y sociales. Trabajó igualmente con el Movimiento Junior, con la HOAC y con el Movimiento Rural Cristiano en  El Burgo. Ha sido sin duda un luchador nato y un pradosiano ejemplar.

Carretero me animó siempre en la tarea de difundir la preocupación por dar a conocer otro rostro de Iglesia, más de  acuerdo con el Evangelio y con los signos de los tiempos.  Paco me animó y  me invitó a   entrar en la Asociación de Sacerdotes de el Prado, a la que él ha pertenecido desde hace muchos años.  En esta asociación he aprendido algo que  ha dado sentido a mi vida: la alegría de conocer y seguir a Jesús desde los pobres y marginados y ayudarles en su crecimiento humano y  cristiano. Gracias a  los dos por vuestra ayuda y por vuestro ejemplo.

 

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