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La paz comienza en el corazón del hombre (Manos Unidas)

Publicado: 00/01/2002: 1135

Manos Unidas lleva ya más de cuarenta años trabajando por la justicia. Su estilo peculiar consiste en que implica en este denodado esfuerzo a todas las personas que lo deseen; y en que lo hace a través de pequeñas acciones al alcance de todos, que luego crecen con la fuerza de las semillas del Reino. A los pueblos empobrecidos los alienta a ser los protagonistas de su propio desarrollo, mediante una reflexión sobre su situación concreta y a través de soluciones que ellos mismos descubren y tienen que realizar. Y a los ciudadanos de los pueblos ricos, nos exige implicarnos en este apasionante trabajo.

Parte importante de esta implicación consiste en proporcionar una información rigurosa sobre la situación de pobreza y las causas de la misma, sobre las condiciones de vida de quienes solicitan ayuda y sobre los proyectos a desarrollar. Al mismo tiempo, a través de materiales bien preparados, emprende campañas de mentalización en colegios, en grupos parroquiales y en todos los ambientes en los que estén dispuestos a recibirlos. Y finalmente, nos piden alguna aportación económica para realizar soluciones parciales que están a nuestro alcance.

Con este sistema de trabajo, han contribuido a que el tema de la pobreza en el mundo sea más conocido, a que se descubran y valoren las causas de estas situaciones y a que miles y miles de personas se impliquen bien como voluntarios, como socios, como donantes o como protagonistas directos en dar pasos en la buena dirección. Son pasos modestos, pero que resultan muy eficaces a la larga.

Este año su campaña ha tenido el acierto de centrar la atención en un tema que nos afecta y nos preocupa a todos: la paz. Y si nos tiene sobre ascuas la paz es porque la violencia ha crecido. Hoy se habla de la violencia en los colegios, en los hogares, en las grandes ciudades y en las relaciones internacionales. Aunque apenas se hable de otras guerras que de la de Afganistán, sabemos que otras muchas siguen activas, como la de los Grandes Lagos. Y vemos que el terrorismo ha aumentado en cantidad y en crueldad. Esto indica que algo grave está sucediendo entre nosotros, pues la violencia no es algo deseable ni beneficia a nadie. El Concilio nos dijo que no habrá paz verdadera si falta la justicia, y Juan Pablo II nos acaba de recordar, en su mensaje del día 1 de Enero, que la paz se puede conseguir si se prescinde de la solidaridad, de la misericordia y del perdón.

En esta línea, la campaña de Manos Unidas lleva este año como lema “Sí a la paz, no a la violencia”. Se propone tres objetivos muy concretos: en primer lugar, tomar conciencia de que la paz empieza en el corazón del hombre y en la eliminación de las estructuras injustas. En segundo lugar, convencernos de que la paz no se puede construir con las armas y con nuevas guerras. Y en tercer lugar, fomentar una cultura en que la competitividad, el enfrentamiento y el conflicto den paso al diálogo, a la cooperación y a los pactos, como medios para resolver los problemas.

Todo ello, sin renunciar a esos miles de gestos solidarios mediante los cuales se consigue ayudar a que grupos activos de los pueblos empobrecidos logren crear fuentes de riqueza y de conciencia solidaria. Para ello, Manos Unidas pide nuestra aportación. Unos pueden ofrecer su tiempo y su contribución a fomentar procesos educativos. Es el caso de los profesores, de los catequistas y de los padres de familia. Otros pueden dar algún dinero, mediante la colecta que se realizará en todas las parroquias, con donativos extraordinarios o haciéndose socios. Y algunos, organizando cenas de hambre y otras formas de solicitar ayuda que no estén en contradicción con el espíritu evangélico.

Finalmente, Manos Unidas sabe y nos recuerda que la fe mueve montañas y que el Espíritu de Jesucristo fomenta la generosidad y la creatividad entre los suyos. Por eso, cuenta con nuestra oración como apoyo de particular relevancia, aunque no siempre resulte el más visible. 

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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