DiócesisLectio Divina Lectio Divina para el III domingo de Pascua Emaús de Abraham Bloemaert Publicado: 02/05/2014: 8224 Lectio En cada creyente está siempre latente la pregunta: ¿cómo puedo encontrarme con el Señor resucitado? Por eso leo con atención este pasaje en el que el autor, con gran maestría narrativa y pedagógica, quiere responder a esta pregunta fundamental de la fe. Meditatio Después de haber leído con atención y haberme detenido en los detalles que más me hayan impactado; es el momento de meditar sobre este relato evangélico. El texto no es tanto un relato de “apariciones pascuales de Jesús” sino más bien una “catequesis narrativa” para mostrar de qué manera el Señor resucitado sigue haciéndose presente en medio de los suyos. Es importante observar que este encuentro pascual se produce en el “camino”, símbolo del seguimiento cristiano en san Lucas. El regreso de los discípulos a Emaús, lleno de preguntas sin respuestas, es una huida pero en medio de esta tremenda decepción, Jesús se hace el encontradizo. Para Cleofás y su compañero la muerte en cruz del Mesías era un sinsentido. Su ofuscación es tan grande que no dan crédito al testimonio de las mujeres, tienen todos los datos pero carecen de la fe que les da sentido. Pero Jesús “les abre” las Escrituras para que entiendan que el plan de Dios, “lo que dijeron los profetas”, debe cumplirse. Los ojos de la fe no se han abierto todavía, pero la explicación del fracaso de la cruz desde las Escrituras, pone en ascua los corazones (v.32). Me fijo en qué momento se abren los ojos de los discípulos y los gestos del Señor ¿qué me recuerdan? La costumbre de la hospitalidad hacia el forastero se trastoca: el huésped se convierte en anfitrión que pronuncia la bendición y los gestos de partir el pan adquieren de repente una significación mucho más profunda; son los mismos que el Señor realizó durante la última cena (Lc 22, 19). Gracias a ellos, los discípulos reconocen por fin a Jesús, por eso desaparece de su lado, porque ya no necesitan ver para creer. Los versículos 33-35 resaltan que el encuentro con el Resucitado provoca la urgencia del regreso. Tienen algo importante que comunicar a la comunidad que habían abandonado. En ella pueden compartir su experiencia y percibir una vez más la presencia viva de Jesús. “Es verdad, el Señor ha resucitado”. Oratio Para la oración personal: ¿Qué semejanza hay entre el proceso de fe de los dos de Emaús y el mío? ¿Dónde reconozco la presencia del Resucitado? ¿Cuándo se me ofuscan los ojos y me cuesta ver a Jesús en mi camino? Contemplatio “Lo reconocieron al partir el pan” ¿Cómo debería celebrar la Eucaristía para poder reconocer la presencia del Señor? Compromiso “Nosotros esperábamos...” ¿Cómo reacciono cuando se frustran mis expectativas? ¿Mi experiencia de fe me une cada día más a la comunidad Antonio Collado Sacerdote diocesano Más artículos de: Lectio Divina Lectio Divina para el IV domingo de PascuaLectio divina para el II Domingo de Pascua Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir