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Lectio divina para el II Domingo de Pascua

Publicado: 24/04/2014: 9992

Lectura (Lectio)
Me acerco al texto del Evangelio de este domingo de la Divina Misericordia, con una actitud de reverencia, expectación y escucha de la Palabra de Dios. De hecho no debemos leer estas escenas de apariciones como una “crónica histórica”, sino como una meditación pascual de la comunidad reunida para celebrar el “primer día de la semana”.

Meditación (Meditatio)
Tras unos momentos de silencio y lectura reposada, trato de descubrir el mensaje de este pasaje. Pueden ayudarme las siguientes orientaciones: Se distinguen claramente dos escenas; la primera sucede el mismo día de la Pascua, y narra la aparición de Jesús resucitado a sus discípulos (Jn 20,19-23); la segunda escena (Jn 20,24-29) tiene lugar el domingo siguiente y narra la aparición a Tomás. ¿En qué situación se encontraban los discípulos al principio? ¿Quién y cómo hace posible este cambio? “El miedo a los judíos” tenía paralizados a los apóstoles pero también refleja la situación de la comunidad a la que se dirige el evangelio; viven acosados por la hostilidad de los dirigentes judíos. Las palabras de Jesús son una invitación a superar la tentación de encerrarse y a aceptar el reto de la misión ¿Qué se dice de esa misión en el pasaje que hemos leído? Tomás no ha participado de la experiencia de la primera aparición del Señor e incluso se niega a aceptar el testimonio de los hermanos, quiere pruebas palpables. De este modo, el evangelista indica la importancia de la comunidad como lugar para vivir e interpretar la experiencia de fe pascual. En esta segunda escena me detengo en la relación entre “ver” y “creer”, ¿de dónde vienen las dificultades de Tomás para creer? ¿Qué significa el reproche que le hace Jesús? Los últimos versículos me aclaran la motivación del autor al componer el relato, no ha querido escribir una biografía de Jesús sino fortalecer la fe se los lectores mostrando los “signos” realizados por Jesucristo.

Oración (Oratio)
Jesús declara felices a los que crean sin haber visto: ¿De qué manera interpelan estas palabras mi vida de fe y mi relación personal con el Señor? ¿Cómo supero mis dudas y crisis de fe? ¿En qué sentido me estimula este relato a vivir más abierto y esperanzado?

Contemplación (Contemplatio)
La incredulidad de Tomás da paso a la adoración: “Señor mío y Dios mío”. Desde el silencio y el asombro me dejo llevar por el Espíritu que es el único que me abre el camino para entrar en el misterio insondable de Dios Trinidad.

Compromiso
Jesús se hace reconocible en sus llagas e invita a Tomás a tocarlas: ¿Qué me sugiere este gesto en medio de un mundo como el nuestro, en el que las llagas de Jesús siguen todavía abierta y frescas?
 

Antonio Collado

Sacerdote diocesano

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