DiócesisLectio Divina Lectio Divina para el Domingo Resurrección Publicado: 16/04/2014: 9953 Antonio Collado, vicario de la Promoción de la fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos ofrece la Lectio Divina con el evangelio del Domingo de Resurrección. -HAGO SILENCIO. Me preparo para este encuentro con la Palabra desde una actitud de humildad y acogida. Saco de mi mente todo lo que pueda ser un obstáculo para dejar que la Palabra de Jesús resuene en mi corazón. Me sosiego, me sereno; avivo el deseo de escucha. -LECTURA (LECTIO). Leo detenidamente, varias veces, en voz alta para que, oyendo el texto, todos mis sentidos estén atentos. Me detengo en los personajes, en sus reacciones, en sus palabras, gestos y silencios. ¿Me siento identificado con alguno? -MEDITACIÓN (MEDITATIO). Ahora es el momento de profundizar en el texto. Algunas notas que me pueden ayudar. Las tradiciones del sepulcro vacío y de las apariciones son las dos formas más antiguas de expresar la fe en la Resurrección. El evangelista utiliza la tradición del sepulcro vacío para transmitir un doble mensaje: al destacar el estado en que se encontraban las vendas y el sudario, se excluye el rumor en torno al robo del cadáver y el sepulcro vacío no es invención de las mujeres; verdaderamente el Señor ha resucitado. Para el discípulo ideal, “aquel al que Jesús amaba”, ver el sepulcro vacío y las vendas y el sudario son pruebas suficientes de la Resurrección, en la ausencia, descubre ya la presencia del Señor. El relato se estructura en dos escenas: la primera (v 1-2) con María Magdalena, en esta se destaca el primer día de la semana que sugiera comienzo, nueva creación. También que estaba a oscuras antes de salir el sol simbólicamente que todavía no brilla la luz de la fe. María con solo ver la piedra quitada intuye que puede haber alguna novedad. La fe está sustentada muchas veces en intuiciones del Espíritu. Sobre “el otro discípulo” me acerco a (Jn. 13,23) donde se habla por primera vez y a (Jn. 19,25-27; 21,7.20 24). No se indica que sea uno de los doce, aunque la tradición lo ha identificado con Juan. En cualquier caso es una figura capital del Evangelio y sirve de modelo para los creyentes (Jn. 18,15-16). Hay un contraste entre Pedro y este “discípulo amado” pero se recuerda que Pedro es el primero de los testigos de la Resurrección como mantiene la más primitiva tradición cristiana. Pedro y el otro discípulo vieron (v 5-6) las mismas señales que en la resurrección de Lázaro, pero este sale atado; en cambio aquí “la sábana de amortajar” estaba en el suelo, Jesús se ha desatado de las ligaduras de la muerte para siempre. Ni María, ni Simón Pedro, ni el otro discípulo han visto a Jesús. Sólo ven el sepulcro vacío, unos de ellos “vio y creyó”. Son los ojos de la fe, y la luz de la Palabra de Dios (v 9) los que permiten reconocer la Resurrección de Jesús en el sepulcro vacío. María se acerca con amor, pero todavía era oscuro. Más adelante podrá decir que le ha visto (v.18), como también los apóstoles: “hemos visto al Señor” (Jn. 20,25). -ORACIÓN (ORATIO). Interrogantes que me pueden ayudar a orar: ¿Descubro en mí el deseo ardiente de María Magdalena por ver a Jesús? ¿En qué sentido me estimula la actitud de María a la hora de vivir y trasmitir la buena noticia de la resurrección? ¿Me identifico en algún rasgo con el discípulo a quien Jesús amaba? ¿Qué temores me ayuda a disipar el Resucitado? -CONTEMPLACIÓN (CONTEMPLATIO). Después de mi trabajo de reflexión y meditación, ahora me pongo en manos de Dios y me dejo llevar por el Espíritu, sin tener nada planificado, sin orientar mis impulsos interiores, ni dejarme manipular por mis propios sentimientos. Callo y adoro. -COMPROMISO (ACTIO). ¿De qué manera podría continuar hoy ese proyecto de fraternidad que el Señor puso en marcha la mañana de Pascua? ¿Cómo expreso la esperanza y la alegría que provoca la Resurrección de Jesús? ¿El Evangelio pone en un lugar privilegiado a una mujer María Magdalena, una excluida, cómo me implico en la liberación de los pobres y marginados? Antonio Collado Sacerdote diocesano Más artículos de: Lectio Divina Lectio divina para el II Domingo de PascuaLectio Divina con el Evangelio del Domingo de Ramos Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir Artículos relacionados \"Alegría y gozo\", comentario al Evangelio del Domingo de Resurrección